Artesanos de Jalisco se unen para enfrentar la competencia china

GUADALAJARA, JALISCO (22/ENE/2013).- La disputa de los mercados con los productores chinos puso en alerta a los artesanos de Jalisco; su respuesta ha sido la generación de marcas, ya sea colectivas o comerciales.

A pesar de la renuencia y los recelos con que se incorporaron al proceso, los trabajadores del ópalo de Magdalena, los canteros de Degollado, artesanos del barro bruñido de Tonalá, de muebles rústicos de Gómez Farías, molcajetes de San Lucas y los juguetes de madera de Teocaltiche, e incluso los huicholes productores de artesanías de estambre y chaquira, han comenzado a unirse para enfrentar la invasión de productos provenientes del país asiático.

Reconocen que los grupos artesanales son la mejor opción, y se han incorporado a un proceso que ya ha dado frutos como el de un grupo de artesanos de equipales de Zacoalco, que comercializan sus artículos con la marca Zacoalli.

Hace unos días, este medio publicó que de cada 10 artesanías vendidas en Tlaquepaque, nueve eran chinas.

“Vas a un aeropuerto o una central camionera, un mercado, los que supuestamente son (productos) artísticos o legítimos de nuestro municipio o México, los volteas y son chinos”, afirmó Roberto Prieto Rodríguez, presidente de la Cámara de Comercio del municipio.

Prieto Rodríguez dijo entonces que el sector artesanal de Jalisco no se descarta iniciar trámites para obtener denominaciones de origen de las creaciones artísticas.

El registro de marcas, ya sea colectivas o comerciales, ha demostrado ser una herramienta eficaz para el posicionamiento de las artesanías, expresó el director del Instituto de la Artesanía Jalisciense, Mario Reyna. Los hechos demuestran que a través de las marcas estos productos son más conocidos en el mercado, además de que son motivo para que sus productores reciban apoyos de recursos públicos, si hay grupos organizados o bien si hay impacto en la generación de empleo.

Resaltó que en los casos en que un producto artesanal mexicano ha sido golpeado por la incursión en el mercado de un producto extranjero o que representa una copia, el trámite de las marcas se hace más urgente para rescatar su producción original.

Citó el caso de los Nacimientos de barro de San Pedro Tlaquepaque y Tonalá, los que han estado bajo el asedio de imitaciones de resina de origen asiático, los que por su precio y apariencia han sido una competencia agresiva para el producto tradicional. De hecho, la protección de los Nacimientos ya es motivo de gestiones.

Otro caso es el de los productos artesanales con gran identidad y con una alta categoría artística, como el barro bruñido el cual requiere de dibujos de gran maestría y de un pulido especial que los haga lucir.

Este producto ya se promueve con la marca Herencia Milenaria; desde su punto de vista, este producto tiene una identidad que amerita promover su denominación de origen.

El registro de una marca comercial, como se pretende con la marca Universo Wirrárika para la artesanías de estambre y chaquira de los huicholes, es  otra forma de darle difusión y promoción a los productos locales, aunque reconoció que el registro de una marca no es sinónimo de éxito en automático.

EL DATO

Voluntaria y compartida

Una marca colectiva implica a un grupo de personas, en este caso artesanos, que elaboran un determinado producto bajo una norma de referencia, a la que se incorporan de manera voluntaria.

SABER MÁS

Reglas obligatorias

Una denominación de origen significa el reconocimiento de las características del producto bajo una Norma Oficial Mexicana, que hace de carácter obligatorio el cumplimiento cabal de estas características.