Alberto Cárdenas, mi mayor error: Servitje

MÉXICO.- Ya sin la carga de las obligaciones empresariales de Bimbo, pero agobiado por la necesidad de hacer algo que impulsara el desarrollo de México, Lorenzo Servitje Sendra (Ciudad de México, 1918) resolvió en 2004 meterse de lleno en la política. Convocó a un grupo de personajes para encontrar a quien llamó “mi Caballo Negro”. El elegido fue Alberto Cárdenas Jiménez, ex gobernador de Jalisco.

“Carlos Rojas Magnon me lo presentó. Cenamos en mi casa, y Alberto me pareció un hombre honorable, pero no me convenció de inmediato. Quería yo ver antecedentes, logros. Constaté que era un hombre exitoso, siempre había ganado. Triunfó como alcalde de Ciudad Guzmán, luego como gobernador. Y tenía un componente más que me gustó: era él un hombre con experiencia como agricultor, y pensé que al conocer a la gente del pueblo podría llegar a ser un candidato más popular. Cárdenas aún no estaba convencido, titubeó algunas semanas hasta que finalmente se decidio a ser candidato”.
Servitje habla a través del libro Al grano. Vida y visión de los fundadores de Bimbo (Khälida Editores, 2008), escrito por Silvia Cherem S. al cabo de 13 años.

Al final tuvo que vivir la derrota —“una de las primeras en mi vida”, dijo Servitje— pues tuvo que reconocer que aunque Cárdenas sabía gobernar, “le faltaba cultura, sensibilidad política y refinamiento”.
Cherem dice que para el industrial ha sido el mayor error en su longeva vida.

El legado

Esta tarde, a las 13:00 horas, el salón Agustín Yáñez de la Expo Guadalajara será sede de la presentación de Al grano, una extensa recopilación de testimonios en torno de la vida de Lorenzo Servitje, sin duda uno de los empresarios más destacados de México.
En la presentación participarán Hugo Villa Manzo, Julio García Briseño y Sergio García de Alba, además de Alberto Cárdenas.

La obra, extensamente documentada, tiene varios ángulos relevantes para los tapatíos. Además del tema del “Caballo Negro”, el libro ofrece una detallada y amplia colección del hombre que erigió un emporio panificador, el segundo más grande del mundo, que incluye el medio siglo de su fábrica en Guadalajara, en la avenida González Gallo. Para lograr penetrar en su círculo íntimo, la autora tuvo que pagar un precio: años de espera, y la concesión de que la obra también recogiera la obra de Jaime Jorba y Roberto Servitje, cuñado y hermano del protagonista. “Bimbo es obra de un equipo”, dice don Lorenzo.

Otro punto interesante es la sucesión directiva en una empresa familiar. Cherem asegura que Servitje busca el equilibrio entre los lazos familiares y la preparación. “Además de periodista, ¿no has hecho labor de notaría, al recoger la herencia de ideas de un mexicano emprendedor?”, se le pregunta a Cherem. “No lo había pensado así, pero es cierto. Es el legado de un hombre congruente, para su familia, para la gente de Bimbo, para México”.