Tabárez aplaude a sus jugadores

JOHANNESBURGO, SUDÁFRICA (02/JUL/2010).- Suerte o destino. Muchos usarían esas palabras para hablar del paso de Uruguay en la Copa del Mundo, donde el viernes se metió a las semifinales en un alocado partido contra Ghana que se definió por penales.

El técnico Oscar W. Tabárez tiene otra forma de describirlo: Uruguay tuvo la fortaleza interna necesaria para estar entre los cuatro mejores del Mundial.

"Están los que creen en el destino y los que creen en cosas predeterminadas", señaló el timonel después que su equipo se impuso 4-2 en los penales tras empatar 1-1 en el tiempo reglamentario y el suplemento. "No sé, yo no creo en esas cosas".

"Como dicen en Uruguay, pusimos lo que teníamos poner", agregó. "Hace tiempo que a Uruguay no le sucedía esto, ganar de esta forma".

¿De qué forma exactamente? Con nervios de acero, astucia y mucha fortuna.
Uruguay estuvo a punto de ser eliminado en la última jugada del alargue, cuando su delantero Luis Suárez recurrió a una mano para detener un cabezazo de Dominic Adiyiah con destino a gol.

Acto seguido, Asamoah Gyan -quien ya sumaba dos goles de penal en el torneo- estrelló su remate en el travesaño.

"Es una circunstancia del juego, simplemente", señaló Tabárez al hablar de la jugada de Suárez. "¿O Suárez también es culpable que hayan malogrado la ejecución del penal?".

La coronación de un partido inolvidable en el estadio Soccer City de Johannesburgo llegó en la tanda de penales. El portero uruguayo Fernando Muslera atajó dos, y su compañero Sebastián Abreu sentenció la clasificación con un remate suave y picado al centro del arco, demostrando una sangre fría de goleador.

"Yo le llamo clase, categoría", expresó el entrenador. "Yo lo felicito".