Sudáfrica reza por un milagrito

PRETORIA, SUDÁFRICA (21/JUNIO/2010).- Se respira optimismo a la salida de la pequeña Catedral del Sagrado Corazón en el centro de la capital sudafricana y lo confirma el frenético tronar de las vuvuzelas en la soleada mañana de domingo.

Cientos de fieles, muchos enfundados en el verde-amarillo de la Selección de futbol de Sudáfrica, acudieron a la modesta iglesia a pedir un milagro que evite la decepcionante eliminación en primera ronda de los orgullosos anfitriones del primer Mundial en suelo africano.

Iluminados por las coloridas vidrieras, escucharon a su párroco hablarles en el sermón sobre lo importante de saber ganar, pero también de lo importante que es saber perder, de ser humildes, de la bendición que es para el país la Copa del Mundo y, sobre todo, de tener fe y celebrar.

“Aquí tenemos gente de todas las nacionalidades que vienen unidas y son capaces de vivir juntas y experimentar la victoria y la derrota sin perderse a sí mismos y sin perder su fe”, dijo el padre Víctor Phalana tras el oficio.

En la puerta del templo resurgía el atorrante zumbido de las trompetas vuvuzelas, seña de identidad de la afición sudafricana que se había desvanecido un poco en Pretoria tras la inapelable goleada recibida ante Uruguay, que dejó a la anfitriona al borde de la eliminación.

“Yo todavía tengo fe en los 'Bafana, Bafana' (Los Muchachos). Todavía creo positivamente que pueden lograrlo”, dijo Daisy Basani, cuyo vestuario de misa fue un brillante vestido amarillo tocado con la bandera nacional y su boca decorada con los colores del escudo arco iris sudafricano.

A su alrededor, otros jóvenes engalanados con la elástica amarilla y agitando sus banderas refrendaban entusiasmados a su amiga. Pero saben perfectamente de que el pase a octavos depende de una fortuita carambola de resultados en el Grupo A y lo más probable es que Sudáfrica sea la primera selección anfitriona en no clasificarse a los octavos de final.

Las expectativas de Sudáfrica eran grandes para su Mundial, aunque no desmedidas

Un sondeo FIFA antes del inicio del torneo reveló que un 63 por ciento apoyaba al equipo local, pero tan sólo un 13 por ciento lo daba como favorito para levantar el trofeo más prestigioso del planeta futbol.

Sin embargo, una oleada de decepciones han ensombrecido el ánimo de sus aficionados por el pobre desempeño y la poca épica de su selección sobre la cancha, que no pudo pasar del empate 1-1 ante México en la inauguración del Mundial y perdió contundentemente contra Uruguay 3-0 en el segundo partido.

“Hemos recibido muchos mensajes y mucha gente, dolida y triste, para la que esto (la eliminación) parece el fin del mundo”, dijo el párroco, quien lucía una brillante bufanda amarilla con el omnipresente "Bafana, bafana" bordado.

El cura, como muchos otros, achacan el pobre desempeño a la inexperiencia del combinado nacional, que fue readmitido en las competiciones internacionales en 1994 tras terminar el régimen de discriminación racial conocido como "apartheid" que imperó durante más de cuatro décadas en una nación con mayoría negra.

Desde entonces, Sudáfrica ha disputado los mundiales de Francia 1998 y Corea del Sur y Japón en el 2002 y en ambos casos no pudo pasar la fase de grupos. Pero el ánimo se disparó por la racha de 13 partidos sin perder, que cortó de golpe el combinado uruguayo.

“La gente creyó que estábamos preparados y por eso están decepcionados. No eran conscientes de que aquí nos íbamos a enfrentar a selecciones de talla mundial, rivales muy difíciles con mucha experiencia en este torneo”, explicó Phalana.

“Ahora tenemos que ser humildes, celebrar las victorias de otros y seguir animando", aconsejó a sus fieles.

La frase

“Yo todavía tengo fe en los 'Bafana, Bafana'. Creo positivamente que pueden lograrlo” Daisy Basani, aficionada.