Sawao Kato, el sol del gimnasio

GUADALAJARA, JALISCO (28/JUN/2016).- La gimnasia artística masculina siempre ha sido uno de los fuertes para Japón en los Juegos Olímpicos, pero entre las justas de México 1968 y Montreal 1976, los gimnastas del país del Sol naciente dominaban ampliamente esta disciplina y todo gracias a lo realizado por una figura: Sawao Kato.

En una época en la que la gimnasia artística se caracterizaba por ser eso, una expresión de arte y elegancia, Kato fue uno de los más grandes atletas en desempeñarse en la gimnasia, gracias a sus presentaciones cargadas de estética y excelente ejecución.

Nacido en la prefectura de Niigata, en octubre de 1946, Sawao Kato tuvo una infancia en la que sus estudios se convirtieron en prioridad por encima del deporte, esto bajo una estricta disciplina, característica de las naciones orientales.

Sin embargo, un aparato en especial captó su atención, y ese fue la barra fija, por lo que de la mano de Akitomo Kaneko, gimnasta miembro del equipo japonés en los Olímpicos de 1952, comenzó a concentrarse en esta disciplina y prepararse para su debut olímpico, el cual llegaría en los Juegos de México, en 1968.

La misma dedicación que ponía en sus estudios fue puesta en los entrenamientos que tuvo para prepararse de cara a esta justa. Eso rindió los frutos necesarios al llevarse cuatro medallas en nuestro país, tres de ellas de oro, las cuales llegaron en las pruebas por equipo, el piso y el all around; la cuarta medalla de Kato en México fue un bronce en anillos. En el ejercicio de piso del all around, el japonés estuvo cerca de la nota perfecta, al ejecutar una rutina que le valió el 9.9 de calificación, superando al ruso Mikhail Voronin.

Kato se consolidaría como un gimnasta de época en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, donde sumaría cinco medallas más a su historial, de nueva cuenta sumando tres metales áureos, pues repitió como campeón individual del all around, campeón individual de las barras paralelas y repitiendo como líder del equipo varonil campeón. Las dos medallas restantes del japonés llegaron en las pruebas individuales del caballo con arzones y la barra fija, ganando la plata en ambas competencias.

Con nueve medallas olímpicas en su haber después de haber competido en dos justas de verano, Sawao Kato era ya uno de los atletas olímpicos más condecorados de la historia, pero aún le faltaba más por dar.

Fue así como en Montreal 1976, el gimnasta japonés llegaría a un total de 12 medallas como atleta olímpico. Por equipos, Japón volvió a ser la fuerza dominante, logrando el tricampeonato olímpico, mientras que Kato repetiría también como campeón olímpico en las barras paralelas, llegando así a un total de ocho medallas de oro en sus tres participaciones.

El japonés pudo haberse convertido en tricampeón olímpico del all around, pero en los Juegos canadienses sufrió una apretada derrota a manos del ruso Nikolai Andrianov, en lo que fue un episodio más de la batalla que sostuvieron la Unión Soviética y Japón por el dominio de la gimnasia varonil.

Kato se retiraría como competidor activo en 1977, con la etiqueta de ser uno de los gimnastas más completos de la época y de todos los tiempos, pues la medalla olímpica sólo se le negó en el salto de caballo y tampoco figuró como campeón mundial de la disciplina.

Aun así, Sawao Kato es uno de los 10 atletas en la historia de los Juegos Olímpicos en acumular al menos ocho medallas en distintas ediciones de esta justa deportiva, convirtiéndose así en una de las más grandes leyendas del olimpismo moderno.