Rodrigo Diego, por un salto a la gloria

GUADALAJARA, JALISCO (23/JUN/2016).- A los 17 años de edad sorprendió a propios y extraños al ganar el Premio Nacional del Deporte. Dos años después, el clavadista jalisciense Rodrigo Diego López sigue dando de qué hablar con sus actuaciones en la prueba de trampolín de tres metros.

Oriundo de Guadalajara, Rodrigo se presenta como otra de las cartas fuertes del equipo mexicano de clavados para los Juegos Olímpicos de Río 2016, evento en el que buscará demostrar todo su potencial para alcanzar la gloria olímpica.

“Me siento contento, voy a Juegos Olímpicos en una edad muy buena, me quedan muchos ciclos olímpicos. Soy novato en este tipo de competencias, lo voy a tomar como una gran experiencia que me pude dar más para los siguientes procesos. Voy a darlo todo, quiero estar dentro de los ocho mejores del mundo”, comentó.

A su corta edad, Diego López confesó que para Río 2016 no tiene absolutamente nada que perder, ya que considera que en todas las competencias en las que ha participado, él mismo es su rival a vencer.

“El 2014 fue un año muy bueno, ahora viene 2016 y quiero enfrentarlo de la mejor manera, trayendo a casa los mejores resultados. En todas las competencias el rival a vencer soy yo mismo, yo iré por mis puntos, obviamente existen las potencias como China, Gran Bretaña y Rusia, sus atletas me llevan cinco o seis años de ventaja, pero eso no me hace menos, al contrario, no tengo nada que perder sino mucho que ganar”.

El “Rorro”, como le conocen sus amigos, es ferviente admirador del futbolista argentino Lionel Messi, a quien considera como el mejor deportista del planeta, aunque también destaca los logros de los clavadistas mexicanos, Fernando Platas y Jesús Mena, quienes resaltan como su mayor inspiración.

“En clavados mis máximos ídolos son Fernando Platas y Jesús Mena, ellos han influido mucho en mi carrera, he tenido la oportunidad de conocerlos y platicar con ellos, me han dado muchos consejos y en general creo que mi ídolo es el mejor deportista que hay en el mundo, que es Lionel Messi, a él lo admiro mucho por ser el mejor”.

En su carrera y en su vida, Diego López ha vivido las dos caras de la moneda: el haber obtenido dos medallas en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Nanjing 2014 lo puso ante los ojos del mundo, pero antes, tuvo que lidiar con una desafortunada enfermedad que atacó a su madre, motivo por el cual pensó en retirarse del deporte, aunque esta misma situación lo inspiró aún más para convertirse en un ganador, dejar atrás la adversidad y cumplir sus sueños.

“Poner el nombre de México en lo  más alto y escuchar el Himno Nacional en otro país es lo que más he disfrutado en mi carrera, hasta se me pone la piel chinita, eso lo quiero volver a repetir siempre. El momento más complicado es cuando mi mamá se enferma, en  2013 ella sufre un derrame cerebral, esa es la parte en la que pienso en abandonar el deporte para poder ayudar a mi familia, aunque al final decidí quedarme en los clavados y creo que fue la decisión correcta, porque eso motivó muchísimo a mi madre para que pudiera salir adelante, ahora yo era su apoyo y eso me sirvió para madurar mucho. Mi familia es la base del éxito, desde ahí doy el paso para hacer las cosas con convicción y con ganas para cumplir mis sueños”.

Además de considerar a su familia como la base de todos sus logros, el juvenil tapatío reconoce el papel de su entrenador, Iván Bautista, como parte fundamental para que México sea considerado a nivel mundial como una potencia en los clavados.

“La verdad  creo que tener al mejor entrenador de México con nosotros ha sido un gran factor para tener éxito. Él nos ha enseñado a tener carácter, a buscar siempre el objetivo, a tirarle a lo más alto, eso es lo que hace en este equipo, Iván nos ha colocado como los mejores de México”.

Aunque no borra de su mente el sueño de subirse al podio olímpico, Rodrigo Diego agregó que el máximo anhelo de su carrera es convertirse en la inspiración de niños y jóvenes mexicanos que ven en el deporte la oportunidad de salir adelante.

“Me viene a la cabeza una medalla olímpica, pero siento que el máximo reconocimiento que llegaría a tener como atleta es poder influenciar a los niños como a mí me llegaron a influenciar Fernando Platas y Jesús Mena, quiero ser una leyenda en los clavados, ser un punto de motivación”.