Viernes, 31 de Enero 2025
Deportes | Los rivales en panamericanos dicen que son el enemigo a vencer

Reconocen nivel de pelotaris mexicanos

Los rivales en panamericanos dicen que son el enemigo a vencer

Por: AP

GUADALAJARA, JALISCO (24/OCT/2011).- El secreto mejor guardado de los Juegos Panamericanos puede ser la pelota vasca, un deporte que está lejos de ser masivo pero tiene muchos adeptos y brinda un espectáculo vibrante.

"Es común que la gente no conozca", reconoce el argentino Alexis Clementín, que compite en la modalidad frontenis en estos Juegos. "Es por el tema de ser televisado. Por el tema de la velocidad de la pelota... es complicada la televisación".

La pelota vasca o frontón, que participa en Guadalajara de sus terceros Panamericanos, quizás no atrape la atención de millones de televidentes, pero tiene una fuerte tradición en zonas muy diversas de América Latina.

En Argentina, la modalidad más practicada es la pelota paleta, en que se golpea una pelota de goma o de cuero con paletas de madera gruesas y angostas. En México, la variante más arraigada es el frontenis, en que se usa una raqueta de cuerdas. En Cuba, es fuerte la práctica de la pelota a mano, una modalidad muy popular en las zonas vascas de España y Francia, donde se originó el deporte.

"Como ellos, acá en México practican el frontenis..., allá en Argentina nuestro deporte es la pelota paleta", dice Clementín, que en dupla con Jorge Alberdi, entrenó frontenis durante cinco meses para estos Juegos. Pese a la preparación, los argentinos perdieron en su debut 12-0, 12-2 con los locales.

"Verlos a ellos (los mexicanos) y jugar contra ellos es más que un orgullo", dijo el argentino de 25 años. "Es un lujo ver las maravillas que hacen".

Argentina, Cuba y México han dominado este deporte en sus anteriores presentaciones panamericanas — Mar del Plata 1995 y Santo Domingo 2003. Los tres se repartieron 17 de las 18 medallas de oro entregadas (la otra fue para Uruguay).

"Hemos tenido oro panamericano, plata panamericana, de ahí no hemos bajado", dice el mexicano Homero Hurtado, de 43 años, ganador de medallas de plata en Santo Domingo y en Mar del Plata. "Esperemos en Dios que ahora salgamos con el oro, a eso venimos".

Con pelotazos que pueden superar los 200 kilómetros por hora, el juego es atractivo y fácil de entender: la meta es devolver la pelota hasta la pared frontal antes de que pegue dos veces en el suelo. Se juega a dos sets de 10, 12 ó 15 puntos y si hay empate, el tercero es de cinco.

Sin embargo, lo que vuelve compleja a esta disciplina es su enorme cantidad de modalidades, que además se diferencian entre sí por varios criterios: la cantidad de jugadores (individual y parejas), el tamaño de la cancha (trinquete, frontón de 30 metros y de 36 metros), el material de la pelota (cuero o goma) y la herramienta usada para golpearla (raqueta, paleta o mano).

También existe la cesta punta o jai alai —en que se usa una cesta alargada y curva para atrapar y lanzar la pelota en un frontón de 54 metro--, pero esta modalidad no se ha jugado en Panamericanos.

"Hay pocos países que lo juegan (el cesta punta)", explica el entrenador argentino Guillermo Filippo, medalla de oro en paleta de cuero 36 metros en Mar del Plata 95.

En estos Juegos, se disputan 10 variantes masculinas y dos femeninas. Los hombres compiten en trinquete pelota de goma, trinquete pelota de cuero y trinquete mano individual; pelota de cuero, mano individual y mano parejas en frontón de 36 metros; y frontenis y pelota de goma en frontón de 30 metros.

Las mujeres disputan frontenis en frontón de 30 metros y trinquete con pelota de goma.

La variedad más dramática del deporte, al menos desde el punto de vista de los pelotaris —como se denomina a los jugadores de este deporte— es la pelota con mano. Por definición, al requerir golpear con fuerza una pelota dura con la palma, es una disciplina propensa a causar lesiones.

"Uno tiene que luchar contra el dolor en el partido y darle técnicamente en la palma de la mano para que la pelota te corra y sufrir menos el dolor", explica el jugador cubano Rubén Moya, de 24 años.

Los pelotaris usan cintas protectoras que llaman "tacos" en las palmas, pero acostumbrarse al dolor es tan difícil que Filippo, el entrenador, asegura que "quien no juega desde chico, no puede jugar".

La modalidad causa lesiones e incluso deformaciones en los dedos a largo plazo, agrega el argentino. "A los 35 años", dice, "se tienen que retirar".

Aun así, el atractivo de la prueba madre de la pelota vasca es grande.

"Ésa es la modalidad que me gusta y por eso la practico", dice el cubano Moya. "Tiene que gustar de verdad para darle a esa pelota, hay que tener valor y coraje para darle a esa pelota".

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