Jueves, 26 de Diciembre 2024
Deportes | Entrevista. Prefirió el quirófano a seguir jugando futbol

Rafa Ortega, una historia de película

El ''Atotonilco'' dejó las canchas para estudiar y convertirse en una eminencia en la medicina

Por: EL INFORMADOR

El doctor Rafa Ortega cuenta que se retiró del futbol a los 27 años para cumplir el sueño de su vida, ser médico y especialista. EL INFORMADOR /

El doctor Rafa Ortega cuenta que se retiró del futbol a los 27 años para cumplir el sueño de su vida, ser médico y especialista. EL INFORMADOR /

GUADALAJARA, JALISCO (05/FEB/2013).- Rafael Ortega se salió del argumento usual en la cronología de un futbolista.

Y es que la historia común dice que tal o cual jugador dejó la universidad o un oficio para dedicarse al balompié profesional. Ortega no. Dejó el futbol para dedicarle todo el tiempo a su verdadera pasión.

Hoy, Rafael Ortega Orozco, con 50 años y jefe de servicios médicos del Guadalajara, afirma con satisfacción que, luego de más de 15 años de carrera, prácticamente no hay equipo de Primera División donde no milite al menos un jugador que él haya operado.

Su fama ha traspasado el límite del futbol y hoy, medallistas olímpicos en disciplinas tan disímbolas como los clavados, también recurren a sus servicios para sanar de sus lesiones.

“La decisión de estudiar medicina la tomé desde que estaba en la primaria. También desde niño me gustaba jugar futbol. Siempre llevé a la par ambas carreras, pero la medicina siempre fue mi prioridad”, rememora el también llamado “Atotonilco”.

Enfermero y jugador

“Nunca pensé en ser futbolista profesional. Cuando estaba estudiando medicina en la Universidad de Guadalajara entré de enfermero a la Cruz Verde y ahí se hizo un equipo de futbol donde coincidí con el médico del Bachilleres, de la Segunda División; él me invita a probarme al equipo y me dan el visto bueno. En 10 días ya estaba debutando en el futbol profesional contra el Salamanca, pero no dejé de ser enfermero, es más, en la primera vuelta del campeonato yo era el camillero asignado a los partidos del Bachilleres en el Estadio Tecnológico, y para la segunda vuelta ya era delantero del Bachilleres”.

Tras esa temporada, Ortega hizo el primer amague de dejar el futbol. “Para mí fue muy pesado ese tiempo porque seguía estudiando mi carrera, entrenaba y jugaba con Bachilleres, y seguía con mi empleo de enfermero en la Cruz Verde. Al finalizar ese torneo fui a darle las gracias a mi entrenador porque ya no podía y mi prioridad era mi carrera de Medicina, ahí me topo con la sorpresa que Javier de la Torre había decidido que pasara a formar parte de la UdeG en la Primera División; así que a lo que renuncié fue a la Cruz Verde, más no a estudiar Medicina.

“Entrenaba en la mañana y estudiaba en la tarde. Hubo un semestre muy pesado, que terminé llevando las materias durante un año. Lo normal era que llevara clases de 7 a 9 de la mañana, después me iba a entrenar, y por la tarde regresaba a clases en la Clínica Ayala, y por las noches completaba mi carga de materias”.

Lo que era un sueño para millones de futbolistas, para Rafael Ortega fue un gusto que se dio, paralelo a su gran pasión.

Al Chivas campeón


“Debuté en la Primera División a los 21 años, cuando cursaba el tercer semestre de Medicina, y pude llevar de la mano las dos cosas hasta que terminé mi internado atendiendo partos. Cuando termino esa etapa soy transferido al Guadalajara que acababa de ser campeón, precisamente cuando comienzo mi servicio social en un dispensario para gente de bajos recursos en el Cerro del Cuatro, en 1987. Ahí terminé mi año de servicio y precisamente el día que hago mi examen profesional, por la noche me toca marcar el único gol que metí en Chivas ante el Irapuato.

“En mi segundo año en Chivas me metí a estudiar inglés, y cuando terminé esa temporada consideré que era momento de dejar el futbol para ponerme a estudiar mi especialidad, porque también para estudiar eso debes estar joven y fuerte, se requiere de muchos desvelos, de estar viviendo en los hospitales. Al primero que le platiqué mi decisión fue a Eduardo de la Torre, y él me dijo: “No ‘Zigzagueante’ -así me decía-, estás bromeando?”. Pues no, al finalizar la temporada 1988-89 me retiré del futbol, a los 27 años”.

—¿El dinero no lo hizo permanecer en el futbol?

No, yo no ganaba tanto como otros compañeros, ni en Chivas ni en UdeG, pero además, nunca pensé en el futbol como mi modus vivendi; fue algo que se dio mientras terminaba mi carrera de Medicina. Después me buscaron del Correcaminos y del Monterrey, pero no me hicieron cambiar de parecer. Sí tuve por ahí momentos de tristeza por no estar ya en el futbol, pero me duraban en lo que llegaba al hospital, donde se me olvidaba todo.

De pionero en la cirugía artroscópica, a especialista de primer nivel


“Me di cuenta de que no se hacía esto en México, y me nació la inquietud, por lo que me fui un año al sur de Texas a hacer cirugía artroscópica y estando allá, el jefe de servicios médicos de Chivas en ese entonces, Alfredo Sandoval, me invitó a ser el médico de cancha del equipo a lo cual me negué en ese momento para terminar mis estudios.

“Al regresar a Guadalajara me tocó iniciar la clínica de artroscopía en el Hospital Civil, ahí me invitan a ser médico del León y acepto; después estuve como jefe de servicios médicos en UdeG, se termina ese proyecto y regreso a mis consultas privadas hasta que en 2002 recibo la invitación de integrarme a Chivas y ahí, para que veas, sí cumplí un sueño, siempre quise ser el director médico del Guadalajara”.

Poco antes de la invitación de Chivas se dio un parteaguas en su carrera. “Rafa Márquez, que en ese entonces jugaba en Mónaco, regresó lesionado del Mundial de Corea-Japón. Viene de vacaciones a Guadalajara y Emilio Mora lo lleva a mi consultorio donde le diagnostiqué que había necesidad de operarlo. Regresa a Mónaco, en la fecha 3 se resintió y desde allá me pidió que lo operara. Esa cirugía fue muy difundida y fue la mejor recomendación que pude tener”.

—¿Le ayudó su pasado de futbolista para entender mejor a un jugador lesionado?

“Veo los partidos el fin de semana y en todos los equipos, sin excepción, hay jugadores que yo he operado. Es una gran responsabilidad porque en ese momento en mis manos está toda su ilusión, todos sus planes de vida, lo que representan ellos para su club, su afición y sobre todo sus familias.

“Pero, mira, si vienen de una Liga amateur o de la Primera División, a todos los quiero curar, quiero que todos sigan jugando”.

—Ahora traspasó el mundo del futbol...

Pues sí, ya me tocó operar a Paola Espinosa. Al final son rodillas y la cirugía es igual. Pero bueno, ese tipo de personalidades impone, a Paola le comentaba de la responsabilidad que tiene en un clavado, de ella depende que millones de personas estén felices por una medalla. Al final me llena de responsabilidad, pero también de orgullo”.

—¿Qué sigue para usted?

Quiero complementar los servicios en la clínica, quisiera que aquí también se pudieran hacer las cirugías para dar el servicio integral. Aquí hay expertos en pie y tobillo, otro de cadera, de mano, de columna, yo de la rodilla. Quiero que haya esa atención de sub especialidades, y que aquí podamos hacer las cirugías. Y nunca perder de vista que podemos ayudar a la gente de escasos recursos, cuando yo tenga mis propios quirófanos, seguro que voy a ayudar a mucha gente”.

—¿Cuál ha sido el caso más difícil que le haya tocado?


“La lesión de Alberto Medina fue muy complicada, me impresionó mucho porque necesitaba injertos de cadáver”.

SU CURRÍCULUM
 
De mención honoríficia


Médico cirujano partero por la Universidad de Guadalajara.

Especialidad en ortopedia y traumatología en el Hospital Civil

Especialidad en artroscopía en McAllen, Texas

Jefe de servicios médicos del León

Jefe de servicios médicos de Leones Negros

Jefe de servicios médicos del Club Guadalajara.

| PACIENTES

Rafa no sólo es exclusivo de los jugadores de Chivas, ya que ha operado prácticamente a integrantes de la mayoría de los equipos en México.

Recientemente  su trabajo abarcó a otros deportes, con la operación de rodilla que le practicó a la clavadista y medallista olímpica, Paola Espinosa.

Algunos deportistas no rojiblancos que pasaron por el bisturí de Ortega son:

> Rafael Márquez (Mónaco)

> Pablo Barrera (Cruz Azul)

> Juan Carlos Valenzuela (América)

> Gerardo Torrado (Cruz Azul)

> Paulo da Silva (Pachuca)

> Miguel Calero (Pachuca)

> Aquivaldo Mosquera (América)

> Héctor Herrera (Pachuca)

> Christian Giménez (Cruz Azul)

> Paola Espinosa (Clavadista)

> Héctor Mancilla (Toluca)

> Mauro Cejas (Pachuca)

> Joel Huiqui (Monarcas)

> Mauricio Romero (Monarcas)

FRASES


"Estudié ortopedia y traumatología, empujado por mis vivencias como futbolista, a pesar de que yo nunca me lesioné de manera grave".

"Nunca pensé en ser futbolista, mi sueño era ser médico”.

Rafael Ortega,
jefe de los servicios médicos de Chivas.

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