Phelps e Isinbayeva, nuevos dioses del olimpismo

BEIJING, CHINA.- El estadounidense Michael Phelps, por el peso aplastante de sus ocho medallas de oro en El Cubo, ganó al atleta jamaicano Usain Bolt, tres veces campeón con tres récords mundiales en El Nido, la carrera por la corona masculina de los Juegos de Beijing, que entre las mujeres, por la resonancia de su marca, tuvo como triunfadora a la atleta rusa Yelena Isinbayeva.

Para el británico Sebastian Coe, miembro del COI y presidente del Comité Organizador de Londres 2012, el rey de los Juegos ha sido Bolt, pues considera que la hazaña de Phelps equivale en atletismo a ganar los 100 metros de ocho maneras distintas, pero su opinión no puede ser neutral por su condición de antiguo atleta.

Phelps acaparó durante once días las portadas deportivas de todo el mundo con su aluvión de éxitos y consiguió lo que ningún otro nadador ha logrado en unos Juegos: ganar ocho medallas de oro, siete de ellas adornadas con récords del mundo. Su compatriota Mark Spitz tenía la marca anterior con siete oros desde Múnich'72.

El nadador de Baltimore, de 23 años, ganó en Beijing los títulos de 100 y 200 mariposa, 200 y 400 estilos; 200 libre; y 4x100 y 4x200 libre y 4x100 estilos.

Phelps abandona Beijing convertido en un ídolo de masas, presto a rentabilizar la enorme popularidad adquirida en El Cubo de Agua, una de las instalaciones emblemáticas de los Juegos junto con el estadio de El Nido.

Junto a su entrenador, Bob Bowman, Phelps prepara ya su incursión en los negocios, tan pronto como regresen a su club, el North Baltimore Aquatic, consciente de que las ocho medallas de oro encierran un enorme potencial económico.

Isinbayeva, en el trono

La elección de reina de los Juegos tenía dos aspirantes, Isinbayeva y la etíope Tirunesh Dibaba, pero en este caso han sido la calidad intrínseca de la marca y la resonancia de su récord, el vigésimo cuarto de su carrera deportiva, los factores que han dado la corona a la pertiguista rusa.

Isinbayeva logró en Beijing su décima medalla de oro en grandes campeonatos al revalidar su título olímpico con su récord mundial número 24 (5,05 metros) y el tercero del año.

La rivalidad con Jennifer Stuczynski, segunda en el ránking de todos los tiempos con 4,92 no fue tal cuando llegó el momento supremo de la competición. La estadounidense se había propuesto “golpear el culo de una rusa” pero no tuvo ocasión de hacerlo. Isinbayeba puso su trasero a una altura inalcanzable.

La pertiguista de Volgogrado ha sucedido como figura más carismática del atletismo femenino a la estadounidense Marion Jones, hoy caída en desgracia por dopaje.

A partir de los Mundiales de París 2003, en los que sólo obtuvo la medalla de bronce, Isinbayeva ha ganado todo lo que se ha propuesto: los Juegos de Atenas, tres mundiales en pista cubierta, dos al aire libre, un europeo en sala y otro al aire libre. Es la única mujer que ha roto la barrera de los cinco metros y ha sido dos veces atleta mundial del año.