Pergeño

El Pergeño del lunes 16 de noviembre de 2009 se tituló “Un fracaso llamado Chivas”, y fue escrito a propósito de que, a pesar de tener una oportunidad de oro para calificar a la Liguilla del torneo anterior, la desperdiciaron al perder en el último minuto con el Cruz Azul, en el Estadio Jalisco.

Reproduzco algunas líneas de aquella columna: “Los jugadores de Chivas no sólo no fueron capaces de anotarles aunque fuera un gol a los azules, sino que en el último minuto recibieron uno y terminaron perdiendo, humillados y expulsados de la Liguilla.

“Es, dicen las crónicas deportivas, la tercera Liguilla consecutiva a la que no asisten las Chivas. El equipo más popular del país no es protagonista del verdadero torneo futbolero de México, y todo es producto de una feria de engaños a la que ha sometido el dueño del equipo a sus seguidores, que son legión”.

Formulé entonces una crítica severa a lo que ha acontecido con el equipo tapatío en los años recientes: “Desde que se hizo del club, Jorge Vergara se ha dedicado a vender espejitos a los millones de aficionados Chivas que hay en el país (y fuera de sus fronteras), prometiendo que haría de los rojiblancos el mejor equipo del mundo, que traería a la dirección al mejor técnico, que conquistaría un rosario de campeonatos, que instalaría al conjunto en el mejor estadio del país. De todo eso, apenas está en condiciones de cumplir, y a medias, la última promesa; el campo de Chivas está muy cerca de ser realidad, pero al parecer Santos le ha tomado la delantera y ha estrenado un inmueble de primer mundo, muy por encima del que tendrán los rojiblancos”.

El sábado pasado, las Chivas dejaron en la propia cancha del Jalisco una marca histórica que probablemente dure por una larga época, al conseguir el octavo triunfo de manera consecutiva en un arranque de campeonato, cosa que nunca había ocurrido desde que hay en México futbol profesional.

No se han convertido, por ese solo hecho, en el mejor equipo del mundo, ni José Luis “Güero” Real es el mejor técnico del planeta. Pero no hay duda, y hay que reconocerlo, que el “Rebaño” se ha reconciliado con su afición merced a esta racha triunfadora, al buen juego del equipo y a la inteligencia y sensatez del “Güero”.

El dueño del equipo más popular de México, Jorge Vergara, vive una etapa personal y profesional que combina experiencias agridulces. Chivas está enrachado, pero el litigio por la propiedad del propio club y la marca sigue vivo; su estadio se erige casi listo como uno de los más atractivos emblemas que tendrá la ciudad, pero persisten los problemas de infraestructura para poder inaugurarlo. Con todo, a los seguidores del Rebaño lo que les importa es que el equipo sea exitoso.

Las palabras pronunciadas después de aquella derrota ante Cruz Azul por Rafael Lebrija, tal vez fueron un acicate: “Las Chivas deben estar clasificando siempre en cada torneo, por ser un equipo con tanta convocatoria, con tanta entrega de sus aficionados”. Por lo pronto, ya hicieron historia… y estamos felices.