GUADALAJARA, JALISCO (19/MAY/2017).- El encuentro de ida de las Semifinales del Clausura 2017 entre Chivas y Toluca generó que un buen número de aficionados se reunieran en el tradicional corredor de la popular avenida Chapultepec para disfrutar del encuentro celebrado en la capital mexiquense en compañía de sus amigos y conocidos.Desde casi una hora antes del inicio del cotejo cientos de aficionados, la mayoría de ellos del Rebaño Sagrado, comenzaron a llegar a los bares y restaurantes de la famosa arteria ubicada en la zona centro de la Perla Tapatía.No faltó quien llegó con el uniforme del trabajo puesto, pero debajo lucía la camiseta del Guadalajara para apoyar a su equipo. También hubo quienes arribaron a los distintos sitios con la camiseta, chamarra, gorra y todos los elementos necesarios para demostrar el amor por los colores rojo y blanco.Apenas comenzó el encuentro y los nervios empezaron a acumularse. Gritos de reclamos hacia las pantallas, brindis, festejos frustrados, lamentaciones y silbidos se escuchaban por doquier, mientras los meseros circulaban rápidamente por los pasillos para complacer a sus comensales con una cerveza helada, un tequila directo o un sinfín de bebidas y platillos.El primer tiempo del encuentro culminó con más pena que gloria para ambos equipos y durante este lapso de descanso, la mayoría de los aficionados aprovechó para relajarse, hacer una llamada, acudir al baño o fumar algún cigarrillo.Arrancó el segundo tiempo y el ambiente fue el mismo. Las exhalaciones se escuchaban cada que un intento no terminaba en gol, hasta que Rodolfo Pizarro se encargó de contagiar su pasión a quienes estaban a cientos de kilómetros cuando marcó el primer tanto de la noche.Sin embargo, el júbilo y la alegría terminaron rápidamente para la mayoría cuando cayó el gol del empate un minuto después, cortesía de Fernando Uribe. Sólo unos pocos gritaron la anotación, mientras que los demás volvían a reclamar y a lamentarse.Terminó el encuentro. Algunos se fueron de sus respectivos lugares, otros decidieron quedarse para seguir conviviendo y de paso imaginar lo que pudiera ocurrir para el encuentro de vuelta entre Chivas y Diablos.Contienen la invasión chivaLa afición del Guadalajara estuvo lejos de ser una abrumadora mayoría en el Estadio Nemesio Díez. Las cartas fueron bien jugadas por la directiva escarlata. Privilegiaron a sus abonados para que el recinto mexiquense realmente resultara una aduana en contra de las Chivas.Los seguidores rojiblancos quedaron confinados a unas de las esquinas del recinto futbolero. Por si fuera poco, la parcialidad tapatía tuvo que recurrir a la reventa para obtener los pases.Ese reto significó un fuerte desembolso para los “Chivahermanos”. El pago en la reventa por entradas que originalmente valían en taquilla 350 pesos, fue de hasta mil.Otra opción era convencer a algún abonado choricero de dar su boleto a cambio de unos mil 600 pesos.