Niño se queda con las ganas del título

GUADALAJARA, JALISCO.- No cabe duda que el boxeador tapatío Omar Niño Romero la suerte le está dando la espalda.

Y es que ayer pese a que fulminó al filipino Rodel Mayol en el pleito estelar por el título minimosca del Consejo Mundial de Boxeo, con un impresionante volado de izquierda al rostro y tras una combinación de golpes a la zona abdominal, el resultado fue inaudito para las cerca de cuatro mil personas que se dieron cita en el Coliseo Olímpico de la UdeG: un empate técnico.

Los representantes del Consejo Mundial de Boxeo vieron, en un video poco claro, lo que la gente en el inmueble no vio, un golpe bajo, y lo peor fue que el réferi Vic Draculich no supo manejar el momento, se vio lento y permitió un desenlace dramático e increíble.

El filipino Mayol tuvo que ser bajado del cuadrilátero en camilla, supuestamente para ser llevado al hospital y recibir los exámenes pertinentes de rigor, pero para sorpresa de todos Mayol regresó de la ambulancia caminando y provocando la molestia de la afición.

Niño había sido ya monarca de la división minimosca tras haberlo ganado el 18 de noviembre de 2006, sin embargo, meses después fue despojado y suspendido por un supuesto doping que nunca le comprobaron.

Desde el principio de la contienda se sabía que la empresa no era fácil para el tapatío, pues pese a ser poseedor de una técnica muy depurada, no es un noqueador nato, lo contrario al filipino, quien es un fajador veloz.

En el segundo round parecía que Niño tomaba las riendas de la contienda con una serie de repeticiones en la zona baja que fueron mermando al campeón.
De eso se dio cuenta el retador tapatío en el segundo giro, para comenzar a conectar en la zona hepática, y tras ver dolido a Mayol, lo conectó con una potente zurda al rostro para bajarlo de una sola pieza a besar la lona.

Mayol recibía la atención médica mientras Niño festejaba, sin embargo, luego vino el desenlace que lo dejó sin triunfo, sin nocáut y también sin fajo.