Marca personal

Esta semana fueron entregados los gafetes de FIFA que acreditan a sus tenedores como árbitros internacionales, y por lo tanto con acceso para que puedan aspirar a dirigir partidos en los torneos del organismo rector del balompié mundial.

Se anunció que nuevamente son 10 los árbitros mexicanos que, por sus calificaciones, han sido distinguidos con el gafete de FIFA; sin embargo, esto, que en teoría es una buena noticia, nos tiene que llevar a una reflexión más profunda: en México se vive en un péndulo en el que las cosas van del cielo al suelo, o de la sima a la cima, en cuestión de instantes, es decir, no hay un punto medio que nos permita el equilibrio para el análisis en su justa dimensión; el entorno de la polémica se da en el optimismo o en el pesimismo, pero casi nunca en la objetividad, que es el punto medio que nadie sabe ubicar. El arbitraje es parte del futbol mexicano y padece de lo mismo, no sabemos en dónde está parado; para algunos es el mejor de la Concacaf, para menos es de los mejores del mundo, para otros es deficiente, para los más es muy malo.

Desde luego que el medio no ayuda; se ha puesto de moda que ex árbitros analicen la labor del juez, y es más común que en lugar de orientar, disparan sus amarguras e intereses personales en contra del árbitro en funciones, generando un ambiente de linchamiento permanente contra los silbantes; a esto, sumemos el discurso en ocasiones llorón de jugadores, técnicos y directivos que van mas allá de la cancha, y hablan de consignas, persecuciones tendencias que muchas veces usan para matizar errores propios, porque es mas fácil echarle la culpa al árbitro. También es indiscutible que en múltiples ocasiones por pésimas decisiones las inconformidades están más que sustentadas.

Por otro lado, la Comisión de Arbitraje es incapaz de reconocer malos trabajos de sus agremiados, a menos que los hechos sean abrumadores y defienden a capa y espada que nuestros jueces son de lo mejor, cuando en la cancha vemos otra cosa.

Siempre ha habido arbitrajes buenos, regulares y malos; en todos los países hay árbitros buenos, regulares y malos; por su condición humana el árbitro es muy proclive a fallar, en una cancha en donde el balón se desplaza velozmente y con tan sólo un par de ojos, un silbato dos tarjetas y fracciones de segundos el margen de error es amplio.

Lo importante es ayudar a los árbitros a reducir ese margen de error con tecnología, con mas colaboradores, y que ellos se ayuden con una mejor preparación física. La Comisión de Arbitraje debería en lugar del ordenador, contratar a los mejores instructores; lamentablemente Concacaf pospuso la utilización de árbitros auxiliares de meta que la Femexfut tenía contemplado, utilizarlos en el Clausura 2011.

Si el arbitraje en México es tan bueno como dicen, que se demuestre en la cancha, y si es tan malo como dicen otros que se demuestre con hechos y no con sospechas; si la mala decisión es evidente que se critique, si la jugada es apretada que se conceda el beneficio de la duda; 10 árbitros con gafete FIFA no es garantía de nada.

En Concacaf hay árbitros internacionales con gafete de FIFA; en las islas del Caribe, que difícilmente tienen ligas profesionales, la labor del árbitro es tan simple y tan compleja, como aplicar un reglamento que conocemos todos porque pasa por la interpretación de todos.
Comentarios: marcapersonal.informador@gmail.com
En twitter: @mark_personal