Sábado, 30 de Noviembre 2024
Deportes | Se destaca la buena comunicacón de Ramírez con el plantel

Lucha de egos en el América

El técnico Jesús Ramírez ya enfrenta conflictos con los jugadores del equipo

Por: SUN

CIUDAD DE MÉXICO.- Apenas lleva tres partidos al frente del América, pero Jesús Ramírez, técnico del equipo, ya lidia con los egos de sus jugadores.

Primero fue Édgar Castillo, tras ser sustituido en el cotejo frente al Atlas, minutos después de cometer el grave error que propició el primer gol rojinegro. Ante los Tigres, el molesto fue Enrique Vera.

Chucho opta por encontrarle el lado positivo a los aspavientos de sus dirigidos: “Lo tomo más por ahí, por el querer estar en la cancha, que por otra cosa”.

A final de cuentas, una de sus premisas en el trabajo es la buena comunicación con el plantel.

Ramírez se percató del llanto del Homie cuando decidió sacarlo del juego. También del desplante del volante paraguayo mientras se dirigía a la banca en el estadio Universitario. Ambos reproches fueron públicos. No se han tratado de forma personal, ni privada.

“No discutí con ellos en ningún momento. Ni con Castillo ni con Vera”, sentencia el director técnico de las Águilas. “Ni ahí en la cancha, ni en el vestuario”.

“A lo mejor ellos se expresaron, pero no me han dicho algo”, reitera. “Sigo teniendo una comunicación con ellos y no discutimos, en lo absoluto. No necesito discutir”.

Por lo pronto, Castillo fue a la banca en el duelo del sábado anterior “por decisión táctica”. El castigo está descartado, al menos en el discurso del entrenador.

De hecho, también niega que el lateral izquierdo haya sido sustituido por la equivocación que tuvo en zona de seguridad.

“Cuántos errores no se cometen en un partido”, expresa. “Imagínense si uno sacara a un jugador cada que comete un error... Es ilógico”.

En cuanto a Vera, Chucho recuerda que fue amonestado desde el minuto 9 y que los Tigres apretarían al América con el 3-1 en contra.

“En ese momento, él había hecho un extraordinario juego y no lo saqué porque estuviera mal”, aclara. “Lo hice porque había un temor de quedarnos con 10 hombres y no quisimos correr ese riesgo”.

“Independientemente de que fuera él o hubiera sido cualquier otro jugador, hubiéramos pensado exactamente igual”, complementa. “No es la cuestión con él, ni los nombres, son las circunstancias del juego y en ese momento las vivimos así y tomamos una decisión, pero no fue por él, ni porque estuviera mal ni mucho menos”.

Y es que subraya que los cambios pueden ser constantes con un plantel tan amplio como el que tiene a su disposición.

“A lo mejor, algún día tendrá que iniciar un jugador que no lo ha hecho”, explica. “Por eso somos un equipo, no hay que nos estacionemos en una forma”.

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