Los murciélagos de Neville no saben cazar

MADRID, ESPAÑA (20/DIC/2015).- El proyecto del entrenador Gary Neville en el Valencia volvió a sufrir un freno, esta vez ante el Getafe, que arrancó un empate 2-2 en Mestalla, en el inicio de la decimosexta jornada de la Liga española, en la que el Betis y el Sevilla firmaron un encuentro con más pasión que futbol que finalizó sin goles.

El técnico inglés sumó su segundo empate en Liga desde que llegó al banquillo del equipo con el murciélago en el escudo, tras sustituir al portugués Nuno Espíritu Santo. Después de firmar tablas contra el Eibar y de clasificarse para los Octavos de Final de la Copa del Rey, el Getafe se presentaba como una prueba de fuego para comenzar a apuntalar su trabajo.

Sin embargo, los hombres de Fran Escribá plantearon un partido valiente para llevarse tres puntos necesarios con los que alejarse del descenso. El Getafe, que llegó a la cita con una leve mejoría pero sin resultados claramente positivos, necesitaba ganar para comenzar a despegar.

Tal vez esas ganas permitieron al cuadro madrileño mandar siempre en el marcador. Se adelantó en dos ocasiones, por medio de Pablo Sarabia y de Ángel Lafita, que vieron como el Valencia empató en dos ocasiones gracias a Paco Alcácer y Santi Mina.

Todo ocurrió en la primera parte, que dio paso a una segunda en la que los dos equipos pudieron desnivelar el marcador. Guaita y el desacierto de Lafita, dejaron el marcador como estaba, empate a dos, que no dejó satisfechos a ninguno de los dos contrincantes.

Después, el duelo más esperado del día, decepcionó futbolísticamente. El Betis recibió en el estadio Benito Villamarín al Sevilla en un derbi muy igualado por la clasificación de los dos equipos andaluces, solo separados por tres puntos en la tabla.

El futbol que propusieron los hombres de Unai Emery y de Pepe Mel no estuvo a la altura de las expectativas. Con más tensión que ocasiones, los minutos fueron pasando hasta que el partido concluyó con un empate insulso que merecieron tanto Betis como Sevilla.

En el Estadio de Cornellà-El Prat el Espanyol hundió en la clasificación a Las Palmas con una victoria trabajada que solucionó el ecuatoriano Felipe Caicedo. Su gol, en la segunda parte del encuentro, a falta de 20 minutos para el final, derribó la muralla canaria, que al final no pudo sostenerse en pie.

Y en Riazor, de nuevo Lucas Pérez se encargó de desatascar un partido. En esta ocasión, la víctima fue el Eibar, que sucumbió al acierto del jugador del Deportivo. El centrocampista gallego abrió el marcador desde el punto de penalti para romper el partido que después se encargó sentenciar Alejandro Arribas.