Lunes, 25 de Noviembre 2024
Deportes | Alex Rodríguez y Manny Ramírez aparecieron relacionados con substancias prohibidas

Los esteroides volvieron a ser la ‘pesadilla’ de la pelota

La aparición de grandes figuras relacionadas con el consumo de esteroides tiro todo por tierra

Por: EFE

HOUSTON, E.U.- Cuando todo indicaba que los esfuerzos realizados para superar la sombra de sospecha que existía sobre el dopaje dentro del béisbol profesional comenzaban a dar los primeros resultados positivos, la aparición de grandes figuras relacionadas con el consumo de esteroides tiro todo por tierra.

La "pesadilla" de los esteroides volvió a convertirse un año más en el centro de atención principal dentro del mundo del deporte profesional de Estados Unidos y la que más interés generó.

Nada menos que los nombres de los dominicanos Alex Rodríguez, Manny Ramírez, Miguel Tejada y David "Big Papi" aparecieron relacionados con el consumo de substancias prohibidas.

Ramírez, el jardinero estelar de los Dodgers de Los Ángeles, fue el más perjudicado porque su positivo llegó en el momento donde ya existe un programa antidopaje vigente, que castiga a los infractores y le tocó cumplir con 50 partidos de suspensión cuando mejor estaba jugando.

A su vuelta ya no fue lo mismo y su bajo rendimiento en la serie divisional de la Liga Nacional le costó a los Dodgers quedar eliminados.

El caso Ramírez mostró que el nuevo programa antidopaje tiene la intención de luchar con más seriedad y eficacia el consumo de substancias prohibidas dentro del béisbol, entre ellas, la que le suministraron al toletero de los Dodgers, que recibió una relacionada con la fertilidad de las mujeres.

Pero antes, el gran protagonista del dopaje en las mayores había sido Rodríguez, el pelotero mejor pagado de todos los tiempos con un salario de 27 millones de dólares anuales, que le tocó admitir que durante tres años, cuando jugaba con los Vigilantes de Texas, se había dopado, consumido esteroides y hormonas de crecimiento humano.

Después de su primera negativa ante las revelaciones que hizo la publicación especializada "Sports Illustred", Rodríguez, el tercera base estelar de los Yanquis de Nueva York, en entrevista en exclusiva con la cadena de televisión ESPN reconoció que desde el 2001 al 2003 se había dopado.

"Cuando llegué a Texas en el 2001, sentía una enorme presión..., necesitaba actuar, trabajar a un nivel más alto cada día", señaló Rodríguez, quien agregó: "Eran otros tiempos, una cultura diferente..., yo era joven y fue algo estúpido..., lo lamento y estoy muy arrepentidoš.

Sin embargo, un mes después el caso Ramírez demostró que la "cultura" del dopaje sigue establecida dentro del béisbol profesional de las Grandes Ligas, con la diferencia que ahora los directivos, ya no la aceptan ni pueden mirar para otra parte, como sucedió en las décadas anteriores.

Como consecuencia de esa concepción, meses después de conocerse el positivo de Ramírez, su compatriota Miguel Tejada, campocorto de los Astros de Houston, admitió haber mentido bajo juramento al Congreso de Estados Unidos cuando tuvo que testificar sobre el consumo de substancias prohibidas y luego fue incluido en una lista del "Informe Mitchell" en el que había dado positivo.

Pero todavía faltaba por hacer público un gran nombre que estaba en la lista "maldita" de los 104 peloteros que habían dado positivo al consumo de substancias prohibidas.

Se trataba nada menos que de Ortiz, la figura más respetada y querida dentro del béisbol profesional, el toletero de los Medias Rojas de Boston, que insiste en su "inocencia" de no haber sabido nunca que utilizaba substancias sintéticas para mejorar el rendimiento físico en el campo.

Al margen de lo expresado por Ortiz, la realidad es que su nombre se unió al de su compatriota Sammy Sosa, Mark McGwire, Barry Bonds y Rogers Clemens, que están marcados por las sospechas del consumo de substancias prohibidas y han perdido toda credibilidad ante los aficionados en cuanto a sus logros deportivos.

En los casos de Bonds y Clemens tienen ante si no sólo el haber perdido la credibilidad ante los fanáticos del deporte pasatiempo nacional sino que además se encuentran ante la justicia, que tendrá que establecer si también violaron la ley.

El retraso en conocer el resultado final no ayuda tampoco a la recuperación de imagen del béisbol, que dirá adiós a un año más sin tener la certeza que el próximo vaya a ser mejor en cuanto al lastre del "dopaje" que viene arrastrando por décadas.

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