Las grandes decepciones de Beijing

El estadounidense Tyson Gay y el chino Liu Xiang encabezan la lista de las grandes decepciones que dejan los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, aunque el futbol de Brasil sin oro y la caída libre del tenista suizo Roger Federer pelean por entrar a ese podio de perdedores.

En sus Juegos, China festejó a lo grande, pero en medio del camino al éxito del medallero vivió una tragedia nacional al perder la presea más deseada, los 110 metros con vallas, cuando el ídolo Liu Xiang intentó correr, pero se retiró por un “dolor insoportable” en un pie, decepcionando a su gente.

Ocultarse durante los meses anteriores, las declaraciones previas señalando que estaba “en condiciones de poder derrotar a Dayron Robles (de Cuba)” y la retirada de la pista cabizbajo y sin mirar al público, fue uno de los momentos más tensos que vivió el “Nido de Pájaro”.

Allí también se constató la hecatombe del atletismo de velocidad estadounidense, que por errores increíbles en el traspaso de la estafeta quedó eliminado en los relevos masculinos y femeninos de los 4x100 metros.

El chico malo de la película fue Tyson Gay, quien ya quiere despertar de la pesadilla asiática. El ex plusmarquista de los 100 metros planos era candidato al oro, pero se quedó fuera en semifinales y después cometió el fallo en el pase de la estafeta en la prueba por equipos.

Un golpe parecido al que recibió Bernard Lagat, actual campeón del mundo de mil 500 metros que corre para Estados Unidos, al quedar eliminado en semifinales en su prueba reina.

Mientras China iba lanzando a la palestra deportiva, nuevas estrellas “semiconocidas” en muchos casos en su camino al dominio, Estados Unidos bajaba al infierno con resultados inesperados que han desmoralizado a su país, que ya contaba con esos oros.

El softbol era superfavorito al cuarto oro seguido, pero dejó escapar por primera vez desde Atlanta 1996 el sueño dorado a manos de Japón, mientras Steven Lopez, que iba por la triple corona de oro en Juegos Olímpicos, se marchó con un bronce sin gusto en taekwondo hasta 80 kg.

El futbolista Ronaldinho no fue un demonio, pero quedó lejos de ser un ángel y encarna la frustración del futbol brasileño en Beijing.

Un poco falto de forma, apenas unos chispazos de calidad y poco esfuerzo dentro del campo de juego no ayudaron a Brasil a ganar la medalla de oro, único título que le falta a la Confederación Brasileña, que ni con las chicas pudo consolarse, porque fueron plata, apenas un escalón más que el once de Dunga.

Por otro lado, Francia se va sin cumplir expectativas en general, pero sobre todo con la deuda enorme de su tradicional ciclismo, que fue apenas salvado por sus especialidades menos tradicionales, la montaña y el BMX. En la ruta y la pista, un medallero virgen pone en alerta a su Federación.

Esa campana ya le sonó en Wimbledon al tenista Roger Federer, que en China intentó encarrilar una temporada mala y se frustró aún más, cayendo en cuartos de final ante el estadounidense James Blake y observando cómo Rafael Nadal, que heredaba su trono de número uno, brindaba con el oro en individual.

Beijing 2008 vivió el ascenso al Olimpo de algunos grandes como el nadador Michael Phelps, el jamaicano Usain Bolt o el propio Rafa Nadal, pero también el descenso al infierno de dioses que se mostraron terrenales en Asia.