La tristeza rondó el vestidor Patriota

INDIANÁPOLIS, ESTADOS UNIDOS (06/FEB/2012).- Los ojos de Tom Brady reflejan el pesar que genera la derrota en un hombre con estirpe ganadora.

El quarterback de los Patriotas de Nueva Inglaterra está familiarizado con el inigualable sabor del triunfo, lo que explica la desazón que asoma en su mirada.

Voz tenue, hablar pausado. El tres veces ganador del Super Bowl cumple con su rol de líder y niega que el revés de este domingo por la noche se haya debido a errores personales.

“Estamos decepcionados, pero si ganas como equipo, pierdes como tal”, sentencia. “[Yerros de alguien en particular] no es la razón por la que perdimos hoy”.

“Antes del partido, hablamos sobre intentar ganar como equipo y, si no lo hicimos así, fue porque no realizamos bien algunas jugadas”.

Y no sólo las de aquella última ofensiva, en la que debían recorrer 80 yardas en 57 segundos.

Brady recuerda que los monarcas de la Conferencia Americana no siempre mostraron esa efectividad que les permitió construir una dinastía hace pocos años.

“En el primer cuarto, no tuvimos tanto la pelota”, detalla. “En el segundo estuvimos mucho mejor y empezamos bien el tercero”.

“En el cuarto no pudimos hacer algunas jugadas, antes del final, para ganar el partido”.

La intercepción que sufrió al inicio del último periodo tampoco es pretexto. Recuerda que “hicimos jugadas grandes en la temporada”.

“Deseaba hacerlo otra vez, porque el equipo había trabajado muy fuerte”, comparte. “La defensiva estuvo muy bien, permitió pocos puntos... Hizo un buen partido”.

No lo suficiente para detener un nuevo regreso de Eli Manning, ese chico que se ha convertido en la némesis del experimentado Brady y sus Patriotas.

Le volvió a arrebatar el sueño de alcanzar a Terry Bradshaw y Joe Montana, en la cima de los quarterbacks con más victorias en la historia del Super Bowl (cuatro).

“Eli tuvo una gran temporada y lo demostró en el último cuarto”, reconoce. “Hizo un muy buen trabajo para ganar”.