La excepción a la regla

Este jueves se llevará a cabo en Nueva York la edición 2010 del Draft NFL, donde los 32 equipos de nueva cuenta tendrán la oportunidad para reforzar su roster con el talento universitario.

El Draft es uno de los ritos más exquisitos que tiene la NFL durante su receso de campaña. Es donde las directivas muestran su habilidad o su completa ineptitud para escoger a los nuevos elementos, y por ende, alimentar las esperanzas de sus aficionados...o mandarlas a la basura apenas en el mes de abril.

Hablemos de quien fue quizá la decepción más grande en cuanto a reclutamiento de Draft. Correcto. Es ése que usted está pensando. De nombre Ryan y apellido Leaf.

Corría el año de 1998. Los principales prospectos para el Draft de ese entonces eran Leaf, figura de Washington State y un muchacho llamado Peyton Manning, de Tennessee. Exacto. El mismo Peyton.

La exposición mediática era sorprendente. Ambos quarterbacks recibían la etiqueta de fenómenos, capaces de merecer irse como número uno global.

Indianápolis seleccionó a Manning y hasta el día de hoy, los Potros siguen dando las gracias de que el sentido común ese día de Draft no los abandonó. Viajes constantes a la postemporada y un título de Super Bowl les dan la razón.

Leaf fue seleccionado por San Diego como segundo global, gracias a un canje que hicieron los Cargadores con Arizona, en donde empeñaron hasta la camisa. Total, valía la pena el precio a pagar, por el talento que recibirían.

“Visualizo una carrera de 15 años, un par de viajes al Super Bowl y un desfile por las calles de San Diego”, afirmó Leaf el día que fue seleccionado por San Diego.

Oh, decepción. Pues resulta que Leaf andaba muy equivocado. Todo quedó en promesas de campaña.
Su año de novato fue un desastre. En 10 partidos, arrojó números de solamente 2 touchdowns y 15 intercepciones. Su destino -por momentos- fue la banca, pese a que era considerado la solución inmediata para los males de San Diego.

Los años posteriores fueron iguales. Las lesiones lo mermaron, y su inmadurez -que incluyó pleitos con la prensa y sus compañeros- sellaron su destino. Leaf había pronosticado una carrera de 15 años. Pues solamente le alcanzó para cuatro (incluyendo escalas en Tampa Bay -donde fue cortado en pretemporada- y Dallas).

 “Cuando jugar futbol se convirtió en un trabajo, quizá se perdió algo del encanto”, reconoció Leaf años después.

Alejado de los reflectores, el ex-quarterback ha seguido adelante con su vida. De alguna forma, admitió que no estaba preparado para la vida como estrella de la NFL. Y entiende muy bien que, aunque no le parezca, portará la etiqueta de ser el jugador que siempre será recordado en época del Draft... pero no por las razones correctas.

Por cierto.- Se acabó la espera. Hoy, a las 18:00 horas, se anuncia el calendario 2010 de la NFL (del cual no se ha fugado nada de información). Ya falta menos para septiembre.

Correo electrónico: luis.hernandez@informador.com.mx