Sábado, 23 de Noviembre 2024
Deportes | Por Luis Hernández

La excepción a la regla

Un triunfo que les cambia la vida

Por: EL INFORMADOR

Ángel Cabrera quiso jugar la carta de “aquí no pasó nada”, mientras intentaba explicar lo que significó su triunfo en el Masters 2009.

Que todo sigue igual. Que es la misma persona, con los mismos amigos, la misma casa y las mismas costumbres. Pero el “Pato” sabe que, en el fondo, está empleando una mentira piadosa. Porque una vez que se puso el blazer verde, emblemático al campeón en Augusta National, ya nada resultará igual.

Es el efecto que ocasiona el Masters y la magia que envuelve a ese club enclavado en un pequeño poblado de Georgia, cuando cada año llega el segundo fin de semana de abril.

Ser campeón otorga un prestigio aparte. Permite que el golfista que logre dicha hazaña, acceda a un nivel de élite, que lo separa del resto de los jugadores “mortales”.

“Ganar el Masters es lo más difícil que hay”, afirmó Cabrera.

De acuerdo. Quizá el “Pato” mantenga su estilo de vida -porque sí, el hombre es un ejemplo de superación, que tuvo una vida humilde y que no traiciona sus orígenes-, pero reconoce que no cualquiera tiene los nervios de acero y una dosis de suerte para salir avante un domingo en Augusta National.

¿De qué suerte hablamos? Esa que involucró en 2009 a un Phil Mickelson y un Tiger Woods cometiendo errores inusuales en la segunda vuelta, que los dejaron fuera de la pelea. O la de un Kenny Perry, quien tenía un par de golpes de ventaja, con dos hoyos por jugar en la ronda final, y que cerró bogey-bogey, para forzar un playoff contra Cabrera y Chad Campbell.

O la misma fortuna de que, en el primer hoyo del desempate, el tiro de salida del argentino cayó atrás de un árbol, el segundo rebotó contra otro árbol, y aún así logró un milagroso par, que le permitió seguir vivo en el playoff, y definir a su favor, cuando Perry perdió la brújula en el próximo hoyo.

“El putt ganador se va a quedar en mi mente para siempre”, confesó el “Pato”.

Pues dicho putt no solamente se quedó en su mente, sino en la de miles de asistentes al club, y millones viendo por televisión. Y será una escena que difícilmente se olvidará.

Hablando de escenas memorables.- Arnold Palmer y Jack Nicklaus estarán de vuelta en el Masters... pero solamente para la ceremonia del tiro de salida inicial -una de tantas costumbres que hay en la semana del torneo-, a las 6:40 horas (7:40, de Augusta). Nostalgia a la vista.

La pregunta.- ¿Cuándo levantará la mano algún golfista mexicano que tenga deseos auténticos de jugar en el PGA Tour y por consecuencia ganarse un lugar en el Masters? Pero sin justificaciones pobres, por favor, acerca de por qué no lo hacen.

Nadie ha podido igualar lo que hiciera el maestro Juan Antonio Estrada, quien tuvo tres participaciones durante los años 60, todas ellas como golfista amateur.

Correo electrónico: luis.hernandez@informador.com.mx

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