La aventura por el Pacífico Sur, día 28

Domingo 1 de mayo.- Llevamos 60 horas de haber salido de Nuku Hiva; fue una gran experiencia haber conocido esta parte del mundo. Tuvimos la oportunidad de convivir un poco con una familia de “polinecios” (sic) de la raza maorí: estuvimos en casa del jefe de la tribu, del valle de Taioa, muy amables. La señora nos preparó agua de limón, nos invitó plátanos y fruta. Lo que más nos llamó la atención fue la calidad de vida que tiene esta gente; una sencillez y calor humano increíble.

De nuevo en nuestra travesía, es increíble desde que salimos no hemos visto ningún barco, pero el color del mar tiene un azul claro que no habíamos visto antes.

“Poli” está checando el informe del tiempo. Él ha sido el encargado de estar monitoreando en Internet, que es a través de la radio de banda ancha o mejor conocido como “SSB”. Los vientos bajaron su intensidad; si no podemos promediar siete nudos de velocidad, tendremos que bajar velas y perder medio día para evitar llegar de noche a Rangiroa. Este atolón tiene un perímetro de 100 millas: imagínense a toda la Bahía de Banderas, ¡es de este tamaño! Los atolones son unos anillos de corales que están casi en la superficie con pequeñas porciones de tierra a lo largo de su perímetro; en estas áreas vive la gente. Este atolón sólo tiene dos entradas; el resto de su perímetro es impenetrable por barco. En la parte central hay islas y el agua está calmada, con excelentes lugares para bucear. En este lugar está el centro de producción de perlas negras más grande del mundo.

Ya queremos llegar para conocer otro paraíso de nuestro planeta.

Saludos a todos.

“Perico”. Tripulación del Sans Souci II.