Juan José Padilla reaparece en Guadalajara

GUADALAJARA, JALISCO (17/FEB/2013).- Se ha caracterizado por tener y mostrar un valor especial delante de los toros. Las banderillas son, en su carrera, un parteaguas muy interesante, en su quehacer dentro de ruedo, pero fue también el tercio que le costó un cambio de vida.

La tarde del 7 de octubre de 2011, la vida del jerezano Juan José Padilla cambió. Las hieles de la fiesta taurina se hicieron presentes para manifestarse en tragedia, de ésas que tienen eco en el resto del mundo.

En una corrida celebrada en la Plaza de La Misericordia, en España, Padilla recibió una espeluznante cornada en el lado izquierdo de su rostro, dejándole un traumatismo cráneo-facial que repercutió en la pérdida total de su ojo izquierdo.

Después de la terrible tragedia, el estado de Padilla sólo se reportaba como grave; días después se confirmaron los pronósticos. Padilla perdió el ojo y la audición del oído izquierdo; su futuro era incierto.

Amar la profesión, dice el coleta ibérico, es algo que te hace superar barreras, pronósticos y demás. A dos años de la tragedia, Padilla hoy está listo para presentarse ante la afición de la Nuevo Progreso en ésta, la penúltima corrida del serial a celebrarse este domingo 17 de febrero.

Habrá de hacerlo como lo ha realizado ya desde su reaparición; con un parche en ese ojo prueba de la lucha entre la vida y la muerte que es el toreo.

— ¿Supo en el momento de la cornada la gravedad del percance?

— Sí, desde el momento que me cogió el toro, sentí el pitón en mi cara, y cuando me levanté con parte de mi rostro colgando en la mano, supe lo que estaba pasando. No me quedó más que llegar a la enfermería y decirle al doctor que todo lo dejaba en manos de él y de Dios.

— ¿Cambió algo en el aspecto sentimental en la vida de Padilla?

— Claro, fueron momentos muy difíciles que me hicieron meditar. Ahora, tengo que dar gracias primero a Dios, que me ha dado la oportunidad de volver a estar aquí, pero también a los doctores y a la ciencia, que me queda más claro que nunca que ellos crean magia. Asimismo, todo me sirvió para valorar más las cosas que tenemos. Cuando llegué a la enfermería de la plaza, me atendieron y me anestesiaron, estoy seguro que en ese momento pude hablar con Dios.

Volver a los ruedos, asegura Padilla, no es obra de la casualidad, a pesar del percance. Dice que lucha por que no se le vea como un torero imposibilitado. “Desde que supe que podía volver a torear, hice muchas pruebas para demostrarme que sigo con las capacidades para ser torero y que no me vean con lástima y que se me exija igual”.

Ahora, regresa a la Nuevo Progreso con el espíritu, afirma, lleno de gratitud por los buenos deseos manifestados de la afición tapatía durante su recuperación. “Las oraciones, las palabras de ánimo y toda la vibra que me han mandado lo llevo en el corazón y ahora es momento de agradecer con un triunfo y una buena tarde de toros a la afición que me dio sus muestras de cariño”.

EL DATO

El cartel completo

Hoy Padilla parte plaza por primera vez después del percance en la Nuevo Progreso, y lo hará al lado Diego Silveti y el hidrocálido Joselito Adame, quienes enfrentarán a un encierro de finas hechuras de la ganadería de La venta del refugio.