José Tomás: misticismo, arte y negocio

VALENCIA, ESPAÑA (30/SEP/2011).- Lo dijo alguna vez el gran torero José Miguel Arroyo “Joselito”: “ojo, ahí viene José Tomás”. Y se refería al cuidado que los taurinos habrían de ponerle al chaval que comenzaba a fincar una trayectoria que hoy en día es todo un fenómeno en la tauromaquia mundial. Caminaba sus primeros pasos como torero el personaje de la baraja taurina internacional que en la actualidad destaca como una de las principales figuras del toreo en el mundo.

Las connotaciones que le han dado a José Tomás redundan en un torero como pocos en la historia se han visto. Desde su misticismo, hermetismo con los medios, hasta su propio estilo de torear. Habla poco, con los medios ni se diga, son contadas las entrevistas que el de Galapagar ha concedido a la prensa internacional. ¿Cuestión de mercadotecnia? Nadie lo sabe, lo cierto es que la expectación que causa en cada lugar en el que se presenta, origina un revoloteo que pocos, muy pocos toreros han logrado provocar.

Su personalidad la plasma en el ruedo. “José Tomás es un torero muy especial. No habla prácticamente con nadie. Él llega a la plaza cuando va a actuar cinco minutos antes de partir plaza y se pasa de largo directo a puerta de cuadrillas”, refiere Jorge de los Reyes, encargado de prensa y difusión de las actividades de la Plaza Nuevo Progreso de Guadalajara, quien en su experiencia le ha tocado vivir estos momentos.

Su actuación en una plaza es garantía de ver a un torero que se va a jugar la vida de verdad, al que parece no importarle ni dolerle las cornadas de los toros, porque vaya que los astados le han pegado y muy duro, poniendo su vida en grave riesgo por lo menos en dos ocasiones, curiosamente en nuestro País, donde las dos cornadas más graves de su carrera le han sido propinadas.

La tragedia, de la mano con la entrega

Su valor es uno de los elementos inamovibles del diestro, pero esto le ha traído serios percances que a la par lo han dejado fuera de los ruedos por meses, incluso por años. Dentro de su extraña manera de actuar ha dejado de torear por temporadas, sin saber siquiera el motivo; es el caso del año 2002, cuando sin explicación alguna decidió retirarse, para después reaparecer en 2007 en la Monumental de Barcelona; un acontecimiento histórico, pues hacía 22 años (en ese entonces) que la plaza no se llenaba y José Tomás lo consiguió. De ahí el parteaguas fue indiscutible, pues en esa temporada el diestro cortó 32 orejas, atrayendo así la atención de la prensa internacional.

Pero… corría el mes de abril de 2010; la Feria de San Marcos, en Aguascalientes, anunció en su segundo festejo de la temporada taurina la aparición de José Tomás. El español recibió a su segundo astado de la tarde y fue cuando iniciaba su faena de muleta cuando “Navegante” le propinó una gravísima cornada en el muslo izquierdo que le atravesó la femoral. La plaza se paralizó tras vivir tan trágico y aparatoso momento. La sangre brotaba de su pierna y hubo que transfundirle cerca de ocho litros, pues el hilo del líquido que salía de la vena rota se apreciaba desde los tendidos. Estaba en peligro, primero su vida, después su pierna y posteriormente su reaparición. Dejó los ruedos por 15 meses, tiempo en el que la rehabilitación tuvo lugar luego de ser intervenido quirúrgicamente por segunda ocasión. Su apoderado, Salvador Boix, afirmó a los medios que la disciplina fue un factor preponderante en el proceso de rehabilitación. Era la cornada más grave en la trayectoria de José Tomás.

Reaparece en Valencia

Todo un fenómeno económico

Se habla de que un torero debe ser visto también como una empresa, y José Tomás lo cumple a la perfección. El rumor y después la confirmación de la reaparición del “Monstro de Galapagar” en 2011, en la Plaza de Toros de Valencia, causó una serie de efectos que traspasaron fronteras. Era la nota taurina a nivel mundial que colapsaba a los aficionados de todas partes por ir a verlo torear.

El paseíllo lo haría José Tomás al lado de Víctor Puerto y el mexicano y recién doctorado en Guadalajara como matador de toros, Arturo Saldivar. Se logró la meta: “No hay billetes”, como comúnmente se dice en España al referirse a que el boletaje ha sido agotado. La reaparición de José Tomás impactó en diferentes sectores empresariales: hotelería, restaurantes, transportes y por supuesto, las arcas taurinas. Se estima que entre estos rubros empresariales, la derrama económica superó los 92 millones de euros en España, esto, a partir de su primera reaparición en 2007, pues según el economista Juan Medina, quien desglosó que entre 2007 y 2010 José Tomás actuó en 62 corridas, a las que asistieron 757 mil espectadores, que dejaron en taquilla 38 millones de euros.

Para su reaparición en Valencia era imposible conseguir un boleto; la oferta hotelera –que es amplia– subió en relación a la feria anterior 30% más. Hubo hoteles llenos, trenes que un día antes estaban sin boletos para viajar. Miles de turistas creaban junto con el de Galapagar un nuevo concepto de turismo taurino.

José Tomás rompió récord de honorarios en la historia del toreo, así lo afirmó el empresario de Valencia, Simón Casas, quien a su vez confirmó que en más de 40 años en el mundo del toro jamás había visto una expectación así.

Numeralia

Trayectoria prolífera y arriesgada

92 millones de euros generados desde su reaparición en 2007

2 graves cornadas en México

54 orejas en su temporada 2009

10 millones de euros generados en hotelería y transporte

44 millones de efectos inducidos

14 millones de euros en las arcas taurinas por su temporada de nueve corridas en 2011