Horas cruciales

Finalmente, parece que la transformación del Atlas no tiene marcha atrás, una decisión que muchos de los socios activos sabían de tiempo atrás que se tenía que tomar y que por falta de voluntad política no se tomó, ahora es impostergable.

Ahogado por una interminable crisis económica y un deterioro en los resultados deportivos del primer equipo provocados por pésimas decisiones de las directivas presente y pasadas, tienen al equipo rojinegro al borde del colapso,
De dientes para afuera varios de los numerosos dirigentes han afirmado que la solución más viable es vender al equipo, en los hechos no se ha realizado nada; desde afuera y sin pleno conocimiento de causa la percepción, es que jamás hubo la convicción para tomar en cuenta las varias propuestas que por el equipo se ofrecieron por gente como: Juan José Frangie, Rafael Márquez, Alejandro Fernández y Guillermo Romo, si las mismas fueron rechazadas por no convenir a los intereses de la institución están en todo su derecho de rechazarlas y no habría nada que reprochar.

Siempre se intuyó que el cambio que el Atlas necesita, vendría desde adentro y parece que así será; lo más inverosímil es que en la directiva hay empresarios exitosos gente inteligente capaz y que además sabe de futbol, luego entonces ¿por qué no sale la ecuación? Porque el manejo del equipo es la antítesis de un negocio bien llevado, ¿será porque se quiere servir de la institución y no servir a la institución? No lo sé.

Mencioné que en Atlas hay y siempre ha habido gente de futbol que quiere a este deporte y ama los colores rojinegros pocos conjuntos pueden presumir de haber tenido varios presidentes de su institución que han conducido los destinos de la Federación Mexicana de Futbol y dos de ellos, el Arq. Francisco Ibarra García de Quevedo y Alberto De La Torre, son quienes encabezan el proyecto de comprar al Atlas, ambos son gente de futbol ni duda cabe; en ese mismo grupo está el ex presidente Ing. Salvador Ibarra Álvarez Del Castillo quien tuvo la visión de construir los esplendidos clubes que hoy son orgullo rojinegro. La actual directiva que encabeza Carlos Martín Del Campo tiene todo el derecho de querer cumplir con su responsabilidad e intentar salvar el escollo.

Los errores que se hayan podido haber cometido en el pasado no es tiempo de reclamarlos ahora, es tiempo de unidad de buscar consensos, los 124 asociados activos tienen la responsabilidad histórica de tomar sea cual sea una decisión trascendental en el destino de su institución y deben afrontarla el tiempo se agota y el momento de actuar ha llegado.

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