LA PAZ, BOLIVIA (08/ENE/2017).- Torrenciales aguaceros deslucieron ayer la llegada del Rally Dakar 2017 a La Paz tras la cancelación de la sexta etapa desde la vecina Oruro por los temporales, aunque miles de habitantes salieron a las calles para dar la bienvenida a los inusuales pilotos visitantes.Los competidores sólo realizaron el enlace desde Oruro, por una carretera asfaltada de 240 kilómetros, para descansar hoy y retomar la séptima etapa de mañana, en dirección sur, hacia Uyuni, donde se halla uno de los salares más grandes del mundo.A medio día comenzaron a arribar a La Paz, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo, para provocar la alegría de sus habitantes, que se apostaron a los lados de calles y avenidas, con banderas bolivianas rojo, amarillo y verde.A cada paso de motos, autos, cuadriciclos y camiones la gente gritaba enfervorizada, silbaba y agitaba los símbolos patrios del país.Los competidores también se contagiaron con el inusual nivel de recibimiento, que estuvo precedido por un pequeño desfile de grupos musicales autóctonos y bailes folclóricos tradicionales. Incluso temprano unos chamanes aymaras realizaron ofrendas a la Pachamama, la madre-tierra y diosa de los andinos, para pedirle un día bendecido.El director de la organización, el francés Etienne Lavigne, dio su agradecimiento por la actitud de los vecinos de salir a calles y avenidas para saludar a los competidores.“Gracias a Bolivia por recibirnos, es un día histórico para nosotros, es realmente un momento muy importante, un momento pico del evento de este año y gracias a Bolivia y gracias a La Paz”.La sexta etapa fue cancelada por un torrencial aguacero que cayó sobre los departamentos andinos de Potosí, Oruro y La Paz, por donde va la competencia. Fue además inesperado, pues estas regiones vienen soportando desde el año pasado una fuerte sequía que afectó desde noviembre el suministro de agua.Hasta el momento, el inglés Sam Sunderland marcha primero en motos, el francés Simon Vltse en cuadriciclos, su compatriota Stéphane Peterhansel en autos y el holandés Gerard De Rooy en camiones.