España sopesa tácticas ante una resuelta Italia

KIEV, UCRANIA (01/JUL/2012).- España no ha llegado a tres finales de grandes torneos de fútbol de forma consecutiva preocupándose mucho por sus rivales, pero la final de la Eurocopa 2012 contra Italia puede provocar algún que otro quebradero de cabeza al entrenador Vicente del Bosque.

La omnipresente influencia de Andrea Pirlo supone que España sabe que tiene que restringir su tiempo de posesión de la pelota y asegurarse de que controla más de cerca a los rápidos delanteros italianos que la presión a la que ha sometido a muchos otros equipos durante el torneo.

El único gol que España ha concedido en la Eurocopa llegó cuando Pirlo consiguió evadirse brevemente de la marca de sus oponentes en el centro del campo, conectando con Antonio Di Natale, y ha sido protagonista de la mayoría de acciones de ataque de Italia durante el torneo.

Del Bosque jugó sin un delantero de centro definido cuando ambos equipos se enfrentaron en la fase de grupos mientras que Italia inundó el centro del campo desde atrás, jugando con una línea de tres en defensa.

El entrenador de los "azzurri", Cesare Prandelli, ha renunciado a esta formación con posterioridad y ha sido recompensado con una solidez defensiva que ha dado a Pirlo y a otros tiempo y espacio para trabajar.

España avanzó poco con el centrocampista Cesc F. Gabregas como hombre más adelantado y tras la mejora que trajo la entrada del delantero Fernando Torres, Del Bosque ha ido combinando ambas formaciones a lo largo del torneo.

El seleccionador español puede darse el lujo de ajustar sus tácticas de ataque con una defensa tan fiable. No ha concedido un solo gol en sus nueve partidos eliminatorios desde su derrota por 3-1 frente a Francia en los octavos de final del Mundial de 2006.

La defensa de España es sólida

Excepto el gol de Italia, la defensa española no ha sido superada en todo el torneo y el portero Iker Casillas apenas ha tenido trabajo.

Estos cimientos tan sólidos le dan a Xavi, Xabi Alonso, Sergio Busquets y el destacado Andrés Iniesta la confianza para jugar el fútbol de posesiones incesantes que les ha funcionado tan bien en los últimos cuatro años.

Sin embargo, durante algunos momentos del torneo España se ha visto en un camino hacia ninguna parte, y sin un atacante o alguien corriendo por delante del balón no ha parecido un equipo que llevara peligro.

Del Bosque dio la sorpresa al salir de inicio con Dalvaro Negredo en las semifinales contra Portugal, pero el inesperado delantero centro tuvo poco impacto y no se espera que vaya a repetir en la final.

Con Torres aún mostrando sólo destellos de su antigua verticalidad, Del Bosque podrá volver a poner desde el inicio a F. Gabregas en la formación, quizás animando al centrocampista a actuar de forma más ambiciosa que en el partido de la fase de grupos, pero confiando en su probada capacidad en los grandes partidos.

Esto también le da al astuto seleccionador español muchas opciones desde el banquillo, con Jesús Navas y el efervescente Pedro listos para aportar ritmo y verticalidad junto con una amplia variedad de delanteros.

Sistema sencillo

Prandelli parece tener una decisión más sencilla tras haber renunciado a regresar a la línea de tres en defensa.

"Francamente, no", dijo el sábado. "Porque durante los últimos encuentros hemos tenido un buen equilibrio en el equipo, pero hemos aprendido que en el transcurso de un partido podemos recurrir a ello", declaró.

El sistema de Italia es relativamente sencillo con los delanteros Antonio Cassano y Mario Balotelli como referencias para que Pirlo, Daniele De Rossi, Claudio Marchisio y Riccardo Montolivo conecten con ellos.

El riesgo viene cuando uno o más de estos centrocampistas suben al ataque para apoyar, dejando agujeros en el centro del campo que España puede explotar.

Balotelli, entre los máximos goleadores del torneo con tres goles, puede convertirse en un inesperado héroe para el fútbol italiano si consigue marcar un cuarto y, con la forma en la que Italia ha jugado de camino a la final, hay bastantes opciones de que tenga al menos una oportunidad decente.

Con las últimas cuatro finales habiendo sido decididas con un margen de un solo gol, las dos últimas 1-0, y con dos grandes defensas y porteros en liza el domingo, esa oportunidad solitaria podría ser suficiente.