Las medallistas de plata europeas forman parte del selecto grupo de atletas que más pueden presumir de madrugar. Por segunda vez en cinco encuentros, España abrió la jornada en el pabellón Wukesong a las nueve de la mañana. Con todo lo que conlleva, porque no sólo es levantarse pronto, sino cambiar los hábitos de vida durante los dos días previos para adaptarse al horario.La selección femenina, eso sí, amaneció sin la presión de exponer nada ante las africanas, que tampoco dirimían ningún asunto de relevancia. El equipo de Evaristo Pérez ya había asegurado la clasificación para los cuartos de final. El del leonés afincado en Francia José Valentín Ruiz, eliminado.A las africanas les restaba como único objetivo buscar la primera victoria olímpica de su historia. Un mero propósito simbólico, de nulo efecto en la competición. De cualquier modo, para un conjunto como es el español, experimentado en campeonatos continentales, con tres participaciones olímpicas a las espaldas y un quinto puesto en Barcelona 92, siempre cabe el peligro de caer en una trampa mortal ante la motivación de un rival espoleado por la ilusión de un logro tan “modesto” como el hecho de ganar un encuentro olímpico.La amenaza nunca cobró cuerpo. Las internacionales absolutas de España mantienen una actitud admirable. Puede que sea la mejor virtud del baloncesto femenino nacional, el carácter y el compromiso, dos valores que ya le han dado réditos importantes en momentos en los que otros argumentos deportivos flaqueaban. Además, frente a adversarios de talla y en partidos con premios en juego.La defensa de las subcampeonas de Europa desplegaron una actividad defensiva asfixiante para el conjunto africano durante todo el primer cuarto. Necesitaron ocho minutos para anotar la primera canasta (12-2) y, hasta la conclusión del periodo, únicamente lograron tres puntos más (19-5)El seleccionador, que ya había iniciado la rueda de cambios, la continuó en cuanto vio el camino despejado. La formación femenina tenía que ganar y esperar al resultado del República Checa-China para saber el puesto definitivo en la clasificación y, en consecuencia, el rival en cuartos de final.La eliminatoria de cuartos, que abre o cierra la puerta de las medallas, concentra toda la atención de España, que quiso preservar el físico al máximo y ahorrar fuerzas sin perderle el respeto ni al rival ni al partido para afrontar en las mejores condiciones posibles lo que viene.EFE