Lunes, 25 de Noviembre 2024
Deportes | La Comisión de la FIFA se reúne tres veces al año y en todos los encuentros este tema es el principal

¿Error humano o acierto inhumano?

El futbol prefiere defender la polémica que genera la injusticia, a corregirla utilizando la tecnología

Por: EL INFORMADOR

El argentino Carlos Tévez anotó ante México en fuera de lugar, pero el abanderado no se dio cuenta y el gol contó. GETTY IMAGES SPORT  /

El argentino Carlos Tévez anotó ante México en fuera de lugar, pero el abanderado no se dio cuenta y el gol contó. GETTY IMAGES SPORT /

GUADALAJARA, JALISCO (05/JUL/2010).- Todo es para la televisión, pero sin la televisión, parece ser el lema de la FIFA.

Cuando un árbitro se equivoca clamorosamente, el afectado estalla, pero el futbol crece. Este es el pensamiento único de los organismos futbolísticos que siempre han hecho prevalecer la polémica sobre los criterios de la justicia.

Los fallos manifiestos en los partidos Alemania-Inglaterra (un lanzamiento del inglés Lampard que botó dentro de la portería pero no fue concedido como gol) y Argentina-México (en el primer gol argentino Tévez estaba en fuera de juego) en Sudáfrica fueron los puntos clímax del Mundial y han reabierto una polémica hasta el momento estéril: la aversión del futbol a corregir los errores humanos mediante la ayuda de elementos tecnológicos, a seguir defendiendo el factor humano pase lo que pase, a regatear el uso de la televisión para tomar o rectificar decisiones a pesar de que el futbol mismo se nutre de millones y millones de euros de los derechos televisivos.

Reaccionario a cambiar

Bajo esa premisa, el mundo federativo del futbol siempre ha sido reaccionario a cualquier cambio de normas y utilización de soportes tecnológicos que garanticen la equidad. Desde que corrió el primer balón -en China, según unos, en Inglaterra, según otros-, la única modificación tecnológica producida hasta ahora ha sido el pinganillo que coordina a los árbitros con sus jueces de línea.

Más allá, la nada, a pesar de que la tecnología ha encontrado, lógicamente, muchas respuestas para resolver enredos, extendidos ya con toda normalidad en el tenis y el ejemplo más claro de que las máquinas sí ayudan al arbitraje en muchas otras disciplinas, pero no en el deporte rey.

El pensamiento único opina que el factor humano está en el futbol por encima de todo


Así ha evolucionado este deporte históricamente. Por eso nacieron las tandas de penales, por ejemplo, para evitar los partidos interminables que agotaban a los jugadores (las inventó un periodista gaditano en 1962, la UEFA se las apropió en 1971 y en 1982 se aplicaron ya en un Mundial). Por lo tanto, sostienen los jerarcas del futbol, el error humano forma parte del juego. Si puede errar un futbolista, puede errar un árbitro, y ni siquiera la aplicación de la tecnología sería la panacea: una misma jugada, incluso vista en vídeo, puede deparar múltiples interpretaciones.

Siempre es tema a tratar en FIFA, pero no hay respuesta


La Comisión de la FIFA se reúne tres veces al año y en todos los encuentros este tema es el principal del orden del día’, afirma Iñaki Sáez, ex seleccionador español y miembro de dicha comisión. “Además, Beckenbauer siempre nos recuerda el famoso gol del inglés Hurst en la final del Mundial 66...”. Un gol, por cierto, que no se pudo comprobar técnicamente que no había entrado hasta 1995, a velocidad de futbol.

Cuando esos errores se han incrementado, la respuesta de los organismos rectores del futbol, como la UEFA y la FIFA, ha sido ampliar la nómina de árbitros que vigilan un encuentro, “algo que debería ser obligatorio en una competición como un Mundial, pero que no puede ser universal, por su coste”, añade Sáez.

Hasta seis se han concentrado la última temporada en los partidos de la Liga Europa: el árbitro principal, dos asistentes, dos jueces de portería y el cuarto árbitro en la banda. Pero el resultado no ha variado: los errores con seis árbitros no se han corregido, sino que se ha elevado el número de culpables.

Debe jugarse como un pueblo pequeño

El pasado mes de marzo, la IFAB (el organismo que decide sobre las normas futbolísticas), integrada por la FIFA y las cuatro asociaciones británicas, zanjó el tema de un plumazo. Joseph Blatter, presidente de la FIFA, aportó siete razones para no utilizar la tecnología para subsanar los errores humanos: la universalidad del juego -el futbol, dicen, debe jugarse del mismo modo en un pueblo pequeño que de modo profesional-, su simplicidad, el factor humano, la pasión de la discusión que generan los incidentes, el coste económico de implantar la tecnología, el riesgo de sustituir al árbitro por una máquina y el dinamismo del juego. Blatter no descubrió el Mediterráneo del futbol, solamente siguió la corriente.

Modernidad a medias

Los comités de Competición pueden actuar de oficio amparándose en imágenes de televisión en casos de agresiones que el árbitro no ha percibido en el campo. Hasta ahí llega la modernidad. Ni siquiera la medición del tiempo de juego utiliza más tecnología que un cronómetro y lo juzga el árbitro a su modo y manera.


Para saber

La FIFA desestimó la implantación de chips en el balón que transmitiera una señal al árbitro cuando traspasaba la línea de gol porque no era del todo exacta, ya que a veces el portero cubre con su cuerpo el balón e impide la señal.

El dato

La utilización de monitores de video por parte del cuarto árbitro no es un tema absolutamente descartado, según fuentes de la FIFA. Al contrario, es un debate recurrente, aunque en marzo se dijera no. El video, sin embargo, sí ha sido aprobado para la función sancionadora.

EDUARDO RODRIGÁLVAREZ / El País

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