En el fairway

Una vez más, Tiger Woods está bajo los reflectores.
En el hoyo siete, del último día del torneo mejor pagado en la PGA Tour, el Players Championship, SE RETIRÓ, “tiró la toalla”, como dicen los boxeadores.
Nadie se lo esperaba.

¿Cómo era posible que el jugador que hace dos años jugó el US Open con una fractura en su rodilla izquierda, se retirara de un torneo por un dolor en su cuello? Como que no checaba.

Sin embargo, en una rueda de prensa del día de ayer, Tiger explicó que su decisión se debió a que, el dolor que siente en la parte derecha del cuello, le impide girar plenamente hacia atrás y hacia delante en su swing. “Puedo soportar los dolores de cabeza y puedo soportar también el dolor, pero cuando se llega al punto en que los espasmos no me dejan girar... y no se puede hacer un swing de golf cuando no se puede girar. Es muy frustrante para mí debido a que sé lo que puedo hacer, pero no puedo hacerlo”.

Este dolor, dijo, empezó a sentirlo un par de semanas anteriores al torneo Masters del mes pasado. Pero como la molestia aparecía de repente y luego se le iba, continuó jugando, hasta que de plano decidió dejar de hacerlo para revisarse y evitar que empeore.

“Es una lesión que sé que puede empeorar mucho,” dijo. “He sabido de amigos con lesiones en sus cuellos, por lo que esto es algo con lo que no se debe ser negligente”.

Después de que Tiger se haga los análisis necesarios que ayuden a diagnosticarle la causa de su dolor, podrá comunicarle a los medios la seriedad de su problema, y si defenderá su título del año pasado en el Memorial Tournament de Jack Nicklaus, o si también participará en el US Open a mediados del mes entrante, el cual tendrá lugar en el paradisiaco campo de Pebble Beach, en donde hace exactamente 10 años Tiger ganó este torneo por un margen de 15 golpes de ventaja, sobre su más cercano perseguidor, Ernie Els.

“Quiero practicar, quiero jugar, quiero competir. Pero esto no me está permitiendo el hacer las cosas que necesito hacer con mi swing de golf y ejecutar los tiros adecuados. Necesito regresar al punto en que pueda hacerlos de nuevo”.

Lo que sí dejó muy en claro en sus declaraciones, es que esta lesión no tiene NADA que ver con el accidente automovilístico ocurrido la noche de aquel Día de Acción de Gracias.

Otra vez, el futuro de Tiger Woods es incierto. Como que se le han “complicado” las cosas desde aquella noche famosa.  Nada mas, la semana antepasada no pasó el corte en el torneo Quail Hollow Championship.

No dudamos que Tiger sienta dolor y algún tipo de molestia en su cuello, pero además de eso, ¿no será que, al no poder jugar como él sabe, únicamente quiere darse un tiempo más de práctica, para tratar de llegar a su nivel de juego anterior?
Esperamos que lo de su lesión no sea algo de consideración y vuelva a deleitarnos con sus scores y tiros espectaculares.

Hasta la próxima ocasión, procure mantener su bola En El Fairway.