El peor Rebaño de la época Vergara

PACHUCA, HIDALGO (29/ABR/2012).- Les urgía marcharse. No querían derramar lágrimas sobre el lienzo verde hidalguense… Y la mayoría tenía los ojos cristalinos.

La pesadilla terminó con el silbatazo final del árbitro Antony Zanjuampa. El Clausura 2012 es ya una terrible anécdota para los jugadores del Guadalajara y se convirtió en una afrenta indeleble para ese pueblo acostumbrado a pelear por títulos.

Nunca antes, bajo la administración de Jorge Vergara, el popular equipo había terminado con tan pocas unidades (15). Muestra inequívoca de la catástrofe.

Nueva derrota de las Chivas (1-3), la décima en el campeonato; nueva muestra del eterno amor que se les profesa en casi todo México. Ahí, en las modernas y frías butacas del estadio Hidalgo, los miles de seguidores rojiblancos que acudieron al inmueble lloraron inconsolablemente, desahogaron parte de la frustración acumulada durante los más recientes cuatro meses.

La celebración fue del local administrativo, visitante en la realidad. Invasión al hogar de los Tuzos, dominio en las gradas que no alcanzó para poner fin a la cadena de reveses en cotejos oficiales. Ya son ocho (cinco dentro de la Liga y tres en duelos correspondientes a la Copa Libertadores). El ímpetu no alcanzó para hacerle la travesura al Pachuca, clasificado a la Liguilla con el resultado.

Sólo Luis Michel y Héctor Reynoso hicieron una escala antes de encaminarse al vestuario.

Reclamaron enérgicamente al juez central aquella jugada que marcó la diferencia. Es cierto, el penalti convertido por Leobardo López sentenció el encuentro, pero los dos líderes del Rebaño Sagrado no olvidaron la infracción que dio la ventaja a los blanquiazules.

Justo cuando el Guadalajara vivía minutos de lucidez, coronados con el tanto de Antonio Salazar (34’), Segundo Castillo apareció en el área y superó al meta jalisciense tras contactar la pelota con el brazo izquierdo (41’). Infracción no señalada y sentencia final para las Chivas.

Volvió a mostrar corazón, y a faltarle capacidad para reflejar con anotaciones ese deseo de que el orgullo de la institución ya no sea lastimado.

La definición del 'Hulk' fue digna de museo, una obra de arte, pero el chico volvió a pasarla mal en el eje del ataque. Erró cuatro opciones claras frente a Rodolfo Cota. Carlos Fierro y Érick Torres sufrieron todavía más. Sus infantiles rostros jamás esbozaron una sonrisa. El futbol es un juego, pero ellos padecieron en el césped.

No hubo proeza en El Huracán, ni ayuda al Cruz Azul. La Máquina tendrá que arreglárselas con el América para acceder a la fase final. Depender de un equipo frágil de sentimientos era demasiado riesgo.

Quedó comprobado con el nuevo capítulo de una pesadilla que sólo terminó porque ya no hay más partidos que jugar. Este sábado pudo ser el último en Chivas para hombres como Michel, Jonny Magallón y Alberto Medina.

Ellos y el resto de sus aún compañeros prefirieron sollozar en el camerino.

Tal vez su última noche triste como rojiblancos, aunque no para los miles que se lamentaron en las tribunas. El amor que sienten por el Guadalajara es interminable, sin importar esas lágrimas que reflejaron impotencia, profundo dolor.