El partido que nadie quiere jugar

FILADELFIA, ESTADOS UNIDOS (25/JUL/2015).- Cruda sinceridad. Ante la pregunta sobre lo que representaría ganar el partido por el tercer lugar de la Copa Oro de la Concacaf, Michael Bradley, capitán de la Selección estadounidense, hizo una pausa antes de responder en voz baja “no mucho”.

El mediocampista agregó rápidamente que el orgullo y la competencia harían que Estados Unidos juegue con entusiasmo ante una Selección panameña incompleta, una promesa que ayer fue repetida con frecuencia por sus compañeros y por su técnico Jürgen Klinsmann.

Una vez que los estadounidenses fueron sorprendidos 2-1 por Jamaica en las Semifinales el miércoles pasado, quedándose cortos en su intento por repetir como campeones de la Copa Oro, el encuentro de hoy en el PPL Park de Filadelfia ante Panamá por el tercer lugar será aprovechado para generar ímpetu y probar diferentes alineaciones.

De cierta forma, esos son siempre objetivos para Klinsmann mientras busca desarrollar un equipo capaz de desafiar a las mejores Selecciones del mundo. Para un entrenador en su posición, el truco es ganar lo suficiente a corto plazo a fin de mantenerse en el puesto con la posibilidad de alcanzar los resultados a largo plazo.

“Queremos continuar el proceso rumbo a 2018”, dijo el alemán con miras a la próxima Copa del Mundo. “Este es el primer año después del Mundial de Brasil, un año para rearmar las piezas e incorporar a jugadores nuevos y jóvenes”.

Por su parte, Panamá sufrirá la ausencia de hasta cinco jugadores por suspensiones o lesiones. Los mediocampistas Valentín Pimentel y Gabriel Gómez y el delantero Blas Pérez están lesionados, mientras que el delantero Luis Tejada está descartado después de haber sido expulsado ante México en Semifinales. El potero Jaime Penedo fue suspendido oficialmente ayer dos partidos por agredir al árbitro asistente al final de dicho encuentro.

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