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Deportes | El ambiente en el estadio Azteca fue mucha pieza para los 'All Blacks' que cayeron 5-1

El monstruo de las cien mil cabezas devoró al kiwi

El ambiente en el estadio Azteca fue mucha pieza para los 'All Blacks' que cayeron 5-1 ante el Tri

Por: EL INFORMADOR

Los jugadores de Nueva Zelanda mostraron un bajo nivel en el terreno del Azteca. MEXSPORT /

Los jugadores de Nueva Zelanda mostraron un bajo nivel en el terreno del Azteca. MEXSPORT /

MÉXICO, D.F. (13/NOV/2013).- El Azteca fue demasiado para un equipo cuyo estadio nacional no completa los 30 mil espacios. Y ni el frío, que fue una helada cachetada para quien puso el partido a la hora de la comida para intentar fundir al rival; pudo jugar a favor de un equipo que entró muerto de miedo a la cancha.

Estaba tan ávido de sangre el monstruo, que no importó la poca monta del oponente.Sabedor de que era cuestión de tiempo soportó que, por momentos, el Tri se rebajara al mismo nivel de un rival con medio equipo compuesto por jugadores amateurs.

Lejos de apretar al local que empezó errático el juego, al '41, con el 2-0, le regaló el primer Cielito Lindo de la eliminatoria, esa canción que parecía arrumbada en un rincón de esa calle de la amargura a donde van todas las causas perdidas.

Y mientras, el "Piojo" juega su propio partido. Pide faltas donde no las hay, caderazos donde hubo codazos y hasta hace como que platica con el cuarto árbitro, cuya lengua materna es la húngara.

Se abraza con los jugadores conforme van cayendo los goles, pero inevitablemente busca a Layún, autor de dos asistencias y quien prácticamente es el Frankenstein del "Piojo".

Aquel aficionado que le preguntó a su amigo que sin iban a gritar " Águilas" o "México" antes de empezar el partido, ahora pregunta que si los de negro son los All Blacks, o los All Bads.

Y la ola llega al '68 y da tres vueltas al estadio, que se cimbra con la pasión del monstruo. Al '76, triunfador y triunfalista, grita a todo pulmón el "Nos vamos al Mundial" como si saliendo del estadio fueron a cambiar sus pesos por reales brasileños.

Al '81 ovacionan a Oribe, autor de dos goles en la masacre, y al silbatazo final se le entregan a este pichicato Tri, que tuvo que dejar de enfrentar a los de Concacaf para darle, por fin, una alegría a este monstruo que lo único que no conoce es el rencor.

EL INFORMADOR / MARIO VALDEZ / ENVIADO

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