Jueves, 19 de Septiembre 2024
Deportes | Javier Orozco conduce al equipo de bádminton de Jalisco a los Juegos Panamericanos

El hombre que cambió los gallos por gallitos y raquetas

Javier Orozco llevó al equipo de bádminton de Jalisco a coronarse pentacampeón de la Olimpiada Nacional; ahora lo conduce a los Juegos Panamericanos

Por: EL INFORMADOR

Orozco con sus estudiantes; varios de ellos estudian en la Universidad del Code. A. CAMACHO  /

Orozco con sus estudiantes; varios de ellos estudian en la Universidad del Code. A. CAMACHO /

GUADALAJARA, JALISCO (19/JUL/2011).- La vida da vueltas. Un día puedes ser un ingeniero agropecuario que cría gallos de granja y al día siguientes puedes ser el entrenador de la selección Jalisco de bádminton. Así cambió la vida de Javier Orozco Flores (Guadalajara, 29 de julio de 1957), quien desde hace 13 años dedica su vida al bádminton, el juego de salón de los gallitos o volantes, una de las disciplinas más rápidas que verá el público del mundo en los XVI Juegos Panamericanos Guadalajara 2011.

Con lo divertido y sencillo que parece el bádminton, el espectador tiene que descubrir que es, en realidad, uno de los deportes de salón más peligrosos: bien golpeado por un profesional, el gallito puede alcanzar en su vuelo velocidades de hasta 200 kilómetros por hora, más que el serio y consagrado tenis.

La diferencia es que en el bádminton la técnica para mover adecuadamente la muñeca puede dar mayor aceleración al tiro, mientras que en el tenis el brazo es el que hace todo el trabajo.

Javier Orozco ya tiene en sus filas a atletas que participarán en Guadalajara 2011: Job Castillo Galindo y Antonio Ocegueda Noriega, quienes competirán en la rama varonil después de su participación en la pasada Olimpiada Nacional, donde se coronaron campeones por quinta ocasión. A Orozco le corresponde acompañarlos, seguir entrenándolos y pugnar por que el caso de estos dos jóvenes no sea una excepción: él también es presidente de la Asociación Jalisciense de Bádminton AC (AJBAC) y vicepresidente de la Federación Mexicana de Bádminton (Femeba).

Un asunto de velocidad


El bádminton no es un deporte fácil porque se trabaja con altas velocidades, lo que hace que sea riesgoso practicarlo. Para Javier, esa sensación de peligro hace más fuerte el carácter del alumno. Por eso, lo más importante para él como entrenador es la preparación física y técnica de sus pupilos; en la vida como en sus entrenamientos, siempre están presentes los retos como ejercicio táctico.

De hecho, es un creyente de que las mejores situaciones para forjar el carácter, más eficaces que cualquier programa de entrenamiento, son las competencias en las que las circunstancias no te colocan como favorito. El “coach” recuerda una final en la que tenían al público en contra: “A mí me gusta ganar este tipo de partidos, donde tienes a todos en tu contra”, les decía a los muchachos. “Van a ver: cuando ganemos el primer punto, los vamos a callar”. Y así fue al obtener el primer punto: sólo se escucharon los gritos de júbilo de su gente.

Javier Orozco ha visto el proceso y transformación del bádminton en el Consejo Estatal para el Fomento Deportivo y el Apoyo a la Juventud (Code). Comenta que, cuando empezó a enseñar este deporte, lo hacía en el Domo de Basquetbol, en una cancha improvisada; luego obtuvieron un área más adecuada: “Antes pintábamos la cancha y los gallitos se nos quedaban atorados arriba (en el techo del domo); luego estuvimos entrenando en un área alambrada a la cual le decíamos el gallinero; ya de ahí hemos ido avanzando”.

Hoy, su meta es incrementar la formación de atletas y de entrenadores en Jalisco, pero también de todo el país. El reto es largo, pero hay satisfacciones: ver el crecimiento y el desarrollo de este deporte de raqueta en Jalisco es para Orozco un gran éxito, y más porque tiene atletas que estudian la carrera de Educación Física en la Universidad del Code. Comenta que es un orgullo ver que sus alumnos no sólo se quedan en bases técnicas del bádminton, sino que fortalecen sus bases como profesionales al ingresar a las instituciones educativas.

Ver crecer a sus alumnos, que alcancen desarrollo físico, técnico y mental, es el gusto de Javier Orozco. Opina que las características más importantes de un entrenador son ser principalmente preparador físico y un buen estratega. Pero, también algunas veces, psicólogo y nutriólogo. Y, en otras ocasiones, hasta papá. Un buen reto para alguien que, hace unos cuantos años, criaba gallos de granja y no se imaginaba que terminaría formando atletas.

Un ingeniero agropecuario con raquetas


Haber estudiado la carrera de ingeniero agropecuario no le quitó a Javier Orozco la inquietud de desarrollar un deporte que era poco conocido en Guadalajara. Comenzó como entrenador de bádminton en un colegio en 1998, con el objetivo de incorporar una disciplina que, a diferencia del futbol y el basquetbol, permitiera que muchos niños hicieran deporte sin que salieran lastimados.

Orozco empezó a desarrollar ese ejercicio y fue cuando vio la oportunidad de ingresar al Code, donde tuvo a su cargo a un grupo de niños con los cuales formó una selección, misma que acompañó a Olimpiada Nacional. Después fue presidente de la Asociación Jalisciense de Bádminton AC y también vicepresidente de la Federación Mexicana de Bádminton.

Tapatío de corazón, Javier Orozco nació el 29 de julio de 1957 y desde hace 13 años dedica su vida al bádminton.

Así se practica


Hace dos mil años surgió un juego rústico llamado “pune”, perteneciente a una región de la India, que después pasaría a ser la actividad preferida en el Reino Unido. Con el tiempo, esa actividad sería rebautizada como bádminton, deporte olímpico desde Barcelona 1992.

La práctica del bádminton es sencilla: se juega en una cancha que mide 5.18 si es competencia indivudual o 6.1 metros en dobles. El terreno de juego está hecho de cemento con tapetes de plástico. Como el tenis, consiste en pasar un volante o gallito por encima de una malla o red que mide 1.55 metros de alto y hacer que caiga en la cancha contraria.

El mayor puntaje por el que se compite son 21 puntos, un punto por cada jugada que se realice, y se juega a dos o tres sets. Muchas veces, a la hora de competir, se puede empatar a 20 puntos; en esos casos, la regla exige tener dos tantos de ventaja, hasta llegar al punto 30 como marcador máximo para alcanzar.

Las medidas de las raquetas son especiales: la altura total es de 68 centímetros y el área que comprende el círculo de la “paleta” es de 22 de ancho por 29 de alto.

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