BERLÍN ALEMANIA.- El 1899 Hoffenheim se coronó hoy campeón de otoño gracias a un empate a un gol en casa ante el Schalke que le permitió igualar en puntos al Bayern de Múnich, al que supera por mejor diferencia de goles. Con el título de campeón de otoño el Hoffenheim corona de momento la gran campaña que hizo durante la primera ronda sorprendiendo a muchos y destrozando todos los pronósticos. Tras la primera ronda, muchos tienden a olvidar que hace dos temporadas el Hoffenheim jugaba en tercera división y se tiende a ver al equipo ante todo como uno de los posibles grandes del futuro. Hoy, sin embargo, el Hoffenheim mostró algunas cosas que hicieron recordar que se trata de un equipo joven al que en los momentos decisivos puede terminar acusando los nervios. El partido daba para más y el Hoffenheim había debido terminar ganándolo ante un rival que terminó jugando con nueve hombres por dos expulsiones sin llegar a encontrar la fórmula para aprovechar su superioridad numérica. El Schalke había empezado jugando mejor, pero de repente pareció perder el rumbo y el Hoffenheim tuvo cerca de 20 minutos en los que se permitió dar una demostración de fútbol de ataque. El Hoffenheim se aproximaba por las bandas y luego llegaba utilizando con frecuencia sus combinaciones cerca del área entre sus tres delanteros Demba Ba, Chinedu Obasi y Vedad Ibisevic. Ba quedó en dos ocasiones casi sólo frente el meta del Schalke Manuel Neuer, en ambas ocasiones tras recibir un pase de Ibisevic. Además, Salihovic estuvo a punto de marcar con un lanzamiento de falta que Neuer desvió a saque de esquina con una gran parada. Curiosamente, el gol del Schalke -que había tenido una buena ocasión en los pies de Fabian Ernst- llegó justo cuando el partido parecía un monólogo del Hoffenheim. Un pase del turco Halil Altintop sorprendió mal parados a los centrales del Hoffenheim y dejó a Gerald Asamoah sólo ante el meta Daniel Haas. Asamoah mostró sangre fría y puso en ventaja al Schalke en el minuto 40. En la segunda parte, el Hoffenheim se dedicó a atacar en busca del empate y el Schalke, tras quedarse con diez hombres por expulsión de Jermaine Jones en el minuto 57, tuvo una fase en la que se limitó a encerrarse en su propia mitad. En el 72 vino el empate. Fue un lanzamiento libre espectacular de Salim Teber -desde unos 25 metros de distancia- que pasó por encima del muro y ante el que Neuer no tuvo opción alguna. El que el gol hubiera llegado en una situación de balón parado no era casualidad. El amontonamiento de hombres del Schalke en el área hacía difícil la llegada por otros medios y el Hoffenheim parecía un poco desesperado en busca de la igualdad y muchas veces se precipitaba en el último pase. Esa situación no cambió cuando el Schalke perdió un hombre más, en el minuto 81 por expulsión del holandés Orlando Engelar. El partido era básicamente un continuo bombardeo de balones al área del Schalke, que rebotaban constantemente para volver al campo. El Hoffenheim no encontró la fórmula y tuvo que contentarse con un empate que es muy poca cosa por la situación que se vivió en el campo, pero suficiente para el título de otoño que la afición celebró como si fuese un título oficial.EFE