El Atlas entrena ante la mirada de sus fanáticos

ZAPOPAN, JALISCO (19/07/2011).- Bajo la motivación de palabras simples como “dale, dale”, con el acento argentino del entrenador Rubén Omar Romano y demás integrantes del cuerpo técnico, los jugadores rojinegros ayer llevaron a cabo su entrenamiento en las instalaciones del Club Atlas Colomos, ante la mirada de niños y niñas que también entrenaban diferentes disciplinas deportivas, como parte de los cursos de verano que se imparten en los campos de ese centro atlético.

Una de las pequeñas deportistas mencionó que ella prefería irse de la zona donde entrenaban los futbolistas porque ahí no estaba “el chicharito” y ella quería verlo.

Después de una sesión de 40 minutos en la que los jugadores trabajaron diferentes zonas musculares en equipos de cinco personas, pasaron a la cancha de futbol principal del club para continuar con su entrenamiento.

Los gritos se escuchaban de extremo a extremo de aquél rectángulo lleno de forraje verde. Los zorros atendían las indicaciones del cuerpo técnico con las que coordinaban los tiros a la portería y los pases del balón blanco con figuras hexagonales de color azul.

En las gradas que están a un costado de la cancha estaban reporteros, fotógrafos, camarógrafos y algunos aficionados, entre ellos Diego Antonio de 14 años y sus papás Diego Armando López y Luz Elena Barba, quienes acuden a los entrenamientos cada vez que pueden.

Diego Antonio padece parálisis, apenas puede caminar. Mueve lentamente un pie y lo detiene para poder arrastrar el otro. Sus pies parecen flotar sobre el suelo. Para llegar a sentarse a las gradas su papá lo carga para que el camino se le haga menos pesado, ya
de por si se les dificulta trasladarse en camión desde la Colonia Nueva Santa María hasta la Colonia Lomas del Bosque.

Sus papás dicen que si por Diego fuera, él siempre estaría en todos los entrenamientos.

Aseguran que desde que está presente en las canchas de los jugadores sus movimientos han mejorado. Hace un año ni siquiera podía caminar. Después de varios talleres de rehabilitación empezó a dar sus primeros pasos, pero fue luego de acudir frecuentemente a los entrenamientos de los rojinegros que su motricidad tuvo una notable mejora y “se empezó a soltar más”, relatan sus padres.

Pasados los 30 minutos los jugadores detuvieron su entrenamiento y se concentraron en la banca, donde tomaron bebidas energizantes, para luego de 10 minutos de reposo seguir atendiendo las indicaciones de su entrenador, el argentino Rubén Omar Romano.

Finalmente, pasadas las 12:00 horas los jugadores regresaron a la banca para luego terminar con una sesión de relajación de músculos.