Dunga no digiere la derrota

BEIJING, CHINA.- La derrota de 3-0 de Brasil ante Argentina hoy, en las seminifinales de Beijing 2008, significó el quiebre del sueño dorado auriverde en su búsqueda del único título que le falta y no pudo ganar en estos Juegos su entrenador Dunga, cuestionado por su estilo conservador.

Pese a haber ganado el título de la Copa América de Venezuela-2007, el seleccionador brasileño parece no tener el paraguas tan amplio que podría protegerlo, tras fracasar en el gran objetivo que se propuso en 2008: el oro.

Consciente de la gran parada que se jugaba, el ex capitán de la Seleçao armó un Sub-23 galáctico, reforzado con Ronaldinho, para llegar a buen puerto y no correr riesgos en su objetivo de dirigir al pentacampeón en el Mundial de Sudáfrica-2010.

Sin embargo, su presente mundialista está en duda, al aparecer quinta a cuatro puntos del líder Paraguay en la clasificación de las eliminatorias sudamericanas, lo que significa hoy por hoy que debería jugar un repechaje para sellar su boleto a la Copa del Mundo si el torneo finalizara ya mismo.

La 'canarinha' jamás faltó a un Mundial y tampoco tuvo que disputar un repechaje, algo por lo que sí pasó su archirrival albiceleste, en 1993 contra Australia.
"Vamos a seguir trabajando con el mismo esquema, que ha dado resultados en la Copa América", dijo este martes en conferencia de prensa, adelantándose a una prensa brasileña exigente y de paladar negro, construido a lo largo de una rica historia de éxitos y 'jogo bonito'.

"Mis planes no van a cambiar. Habrá dudas sobre mi capacidad. Estaré bajo más presión si pierdo el próximo partido (por el bronce ante Bélgica el viernes), pero si gano desaparecerá. Lo más importante hoy es que pusimos el corazón. Quería ganar el oro, pero esta derrota no afectará mi confianza ni mis planes", añadió Dunga.
Los diarios más influyentes de Brasil lo han sentado en el banquillo de los acusados varias veces y este martes, la versión digital de Folha de Sao Paulo comentó que "encima Dunga perdió su invicto ante Argentina".

Una de las críticas más fuertes que suenan es la forma conservadora de parar al equipo, plantado en el fondo y esperando cuando se enfrenta a equipos de fuste.
Este martes, Dunga repitió ese esquema, con un solo delantero de punta (Rafael Sobis) y dos enganches (Dinho y Diego). El resto del equipo prácticamente tenía misiones defensivas, salvo alguna remontada en rebelión de Rafinha por la derecha.
Argentina terminó tomándose revancha del revés venezolano de hace un año y dejó a Dunga en el medio de la duda. Los interrogantes sobrevuelan Pekín, sobre todos después de perder por goleada ante el rival que más duele.

Mientras tanto, el presidente de la Confederación (CBF), Ricardo Texeira, deberá plantearse si respalda, como en el pasado, a un técnico que hace jugar a su equipo a imagen y semejanza de lo que fue él en la cancha, sin 'jogo bonito' y encima sin resultados a la vista en las últimas presentaciones auriverdes.

"El estilo fue el mismo que en los partidos anteriores. Hubiera sido mejor si anotábamos, pero no pudimos. Esto ya no es como en los (años) sesenta", sostuvo.