Dos mundos

Cuando se habla del Atlas se habla del mundo de lo impensable, todo puede suceder…y sucede.

En el caben todas las calamidades y todos los absurdos. De lo bueno se habla poco y la institución atlista es un ejemplo de lo bueno y de lo malo.

En el Atlas hay dos mundos, dos realidades, la más conocida la del equipo de Primera División, codiciado botín de sus directivos que buscan servirse de la institución en lugar de servirla; los resultados son tan apabullantemente catastróficos que no toleran ninguna justificación a los recurrentes fracasos; cuatro años u ocho torneos sin calificar a Liguilla, un desfile de técnicos y de jugadores manifestando una falta de continuidad y de proyecto, problemas económicos, jugadores a disgusto, problemas del porcentaje, etc. Tristemente los jugadores del Atlas lo que quieren es salir de la institución en lugar de engrandecerla, el caso de Édgar Pacheco fue lapidario y claro ejemplo de las intenciones mayoritarias de quienes visten la playera rojinegra.

El contraste del Atlas es el Atlas mismo, en su otro mundo en el que se realiza un magnifico trabajo, serio y profesional con objetivos, continuidad, resultados positivos y trofeos en las vitrinas, los jugadores sienten cariño por los colores, trabajan armónicamente en un funcionamiento optimo. No hay queja de problemas económicos, tal vez porque no los hay o porque se tiene la habilidad para manejarlos; el trabajo de fuerzas básicas de los Zorros es ejemplar, simplemente hay que ver que en las categorías Sub-17, de la cual son los campeones defensores, y la Sub-20 en la presente Liguilla; en semifinales en las dos categorías vencieron en el juego de ida a los Pumas, otra institución modelo en este rubro; sus jugadores son base de las selecciones con límite de edad, con gente muy valiosa como el Lic. Enrique Aceves, Luis Alberto “Amaury” Padilla, Toño de la Torre, Paco Castrejón, Rubén Duarte, Alberto Clark, entre muchos otros que desde las visorías y el desarrollo logran la formación de buenos talentos.

Alguien del primer equipo debería de preguntarles cómo le hacen, y aprender de ellos, cómo explicarse que en una misma institución se tenga un inquebrantable círculo vicioso y a la vez un sólido círculo virtuoso, son acaso incapaces de aprender de si mismos
¿Cuál es la receta del éxito de las fuerzas básicas cuyos ingredientes no tienen en el primer equipo?, sería bueno que quienes tienen en sus manos el destino del Atlas reflexionaran en el círculo virtuoso y el círculo vicioso como un ejemplo de que hay capacidad para hacer las cosas bien.

El reto de la directiva debe ser el trasladar ese bien hacer con los jóvenes para que el proceso de maduración sea óptimo, y no se pudra como acontece para que el éxito se refleje a todos los niveles y rubros.

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