Despiden a Samaranch como fue su deseo

BARCELONA, ESPAÑA.- España y el mundo despidieron este  jueves al ex presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, al son de la canción emblemática de Barcelona 92, “Amigos para  siempre”, mientras miles de personas pasaron por su capilla ardiente.

Tras ser velado el miércoles en su casa, este jueves se abrió la capilla ardiente en el salón de Sant Jordi del Palau de la Generalitat de Cataluña, en un acto al que acudieron los príncipes de Asturias, así como autoridades nacionales y locales.  

Tras permanecer ahí para que ciudadanos dieran su despedida al promotor de los Juegos Olímpicos en su Barcelona natal en 1992, el féretro, cubierto con la bandera con los cinco aros olímpicos, fue llevado por deportistas hasta la catedral de Barcelona, a sólo unas calles del lugar.  

Como fue su deseo, sus restos mortales fueron cargados por deportistas olímpicos, como Arantxa Sánchez Vicario, Rafael Nadal, Gemma Mengual, Manel Estiarte, Beatriz Ferrer Salat, Jordi Villacampa, David Burrafet, Enric Massip, entre otros.

El funeral celebrado en la catedral, y oficiado por el arzobispo de esa ciudad, Lluís Martínez Sistach, congregó a cientos de personas para despedir a uno de los máximos promotores del espíritu olímpico en los últimos tiempos.

La hija de Samaranch, María Teresa, depositó una rosa roja sobre el féretro de su padre, cubierto con la bandera olímpica y rodeado de varias coronas de flores, entre las que figuraban dos enviadas por el presidente cubano, Raúl Castro, y su hermano Fidel.

Tras el oficio religioso, Juan Antonio Samaranch, hijo, agradeció a todos los asistentes, en nombre de la familia, las muestras de afecto, en especial las de deportistas de muchos países.  

El féretro con los restos del considerado padre del olimpismo moderno fue retirado por el mismo grupo de deportistas, mientras que los reyes de España acompañaron a los familiares al exterior donde se despidieron.

Los restos del ex presidente del COI fueron llevados posteriormente al cementerio de Montjuic, donde serán incinerados y posteriormente depositados en una cripta familiar.  

Reyes, gobernantes, políticos y deportistas se dan cita a su funeral

Samaranch, reconocido como uno de los hombres ilustres de Barcelona, recibió en sus funerales los honores de cualquier autoridad política a nivel estatal, con la asistencia de representantes del estado, del gobierno, autoridades locales y sociedad civil.  

“Samaranch cambió todo, hizo de los Juegos lo que son hoy, la primera  competición deportiva del mundo”, dijo el actual presidente del COI, Jacques Rogge, durante un acto institucional previo a la apertura al público de la capilla ardiente de su antecesor.

"Nos ha dejado un coloso del deporte y del olimpismo moderno, y un español universal", afirmó el heredero de la corona española, el príncipe Felipe,  presente en el acto de homenaje a Samaranch, junto a su esposa, Doña Letizia, y su hermana, la infanta Cristina.

Junto a ellos, numerosas personalidades como el rey Constantino de Grecia, miembro del COI; el secretario de estado para el deporte español, Jaime Lissavetzky; el presidente regional catalán, José Montilla, acompañaron a la familia de Samaranch.

También deportistas como el ex ciclista Miguel Induráin, el capitán del equipo Copa Davis español, Albert Costa, o el ex tenista Emilio Sánchez  Vicario, estuvieron presentes en el acto.

María Teresa Samaranch, vestida de riguroso negro, se encargó de agradecer  en nombre de su familia las muestras de afecto recibidas y recordó que su padre, fallecido el miércoles a los 89 años de una parada cardiorespiratoria, "tenía  dos familias".

"Nosotros éramos su familia próxima, la íntima, pero todos sabíamos que no éramos la única, su otra gran familia era el deporte y los deportistas”, afirmó antes de pedir que, siguiendo los deseos de su padre, el acto finalizara con las notas de un tema "que siempre le había encantado" que fue la canción  "Amigos para siempre".

La canción emblemática de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92’, el logro  más querido de Samaranch, que siempre quiso que su ciudad natal albergara unos Juegos, resonó en la sala de San Jorge, poco antes de que la capilla ardiente quedara abierta al público.

Desde ese momento, una fila incesante de personas, que se habían congregado  desde la mañana para dar su último adiós al barcelonés más universal.

PERFIL

Arquitecto del olimpismo

Considerado el autor del olimpismo moderno, Juan Antonio Samaranch llegó al Comité Olímpico Internacional (COI) en 1980, llevando el deporte olímpico por el camino de la comercialización. Se le atribuye en gran medida la profesionalización de los Juegos y la inclusión de las primeras mujeres en el organismo.

Durante su gestión se incrementaron las disciplinas olímpicas, de 21 en 1980 a 28, y reintrodujo el tenis en 1988, tras 60 años de ausencia.

Fue presidente de la diputación de Barcelona, embajador de España en la Unión Soviética, y procurador por la provincia de Barcelona en la VIII, IX y X legislatura en las cortes del régimen de Francisco Franco, entre 1967 y 1977, por lo que fue duramente criticado, en especial, por medios anglosajones.

John Rodda, columnista de The Guardian, señala que "a lo largo de su mandato, la sombra del abuso de drogas en el deporte creció".

En 1998, se reveló que miembros del COI fueron sobornados para respaldar la oferta de Salt Lake City como sede de los Juegos Olímpicos de invierno de 2002.

En julio de 2001 fue relevado por el belga Jacques Rogge. "Me voy porque me tengo que ir, no porque me quiera ir. No me queda más remedio", dijo Samaranch en Moscú.