Desde el lienzo

Con mi saludo semanal y los mejores deseos, va la entrega del deporte convertido en arte y donde
la Reina Nacional, Laura I, termina su reinado y deja la corona en manos de mi hija, Ana Victoria Zermeño de la Torre.

Laura es hija de mi amigo Édgar del Bosque y quienes a lo largo de dos años trabajaron arduamente, labor que se reflejó en los resultados que entrega a la charrería, su Graciosa Majestad.

En la vida hay que trascender y gran labor, sin duda, la que realizó Laura Regina del Bosque Reyes.

Ella empezó a rodearse de un valioso equipo de trabajo, y poco a poco empezaron a ir sumando adeptos a su ambicioso proyecto, donde destacaban las personas más necesitadas, desde gente de escasos recursos, personas mayores, casas hogar y mucho más.

A casi dos años de que empezó su peregrinar por la charrería, podemos decir que cumplió mejor de lo previsto y si tuviéramos que calificar del 1 al 100, en esa escala, pasa del 100 y con estrellita en la frente. Y no lo digo por quedar bien, lo digo porque la verdad, ella cumplió sus proyectos y estoy seguro, que si por ella fuera, seguiría al frente. Además de ganas de trabajar, hay que tener carisma y entregarse al mil por ciento si es posible, a cada ayuda que se pueda lograr para los más necesitados.

No hay vuelta de hoja

Estaba en el Campeonato Nacional del año pasado, en Pachuca, cuando la familia Zermeño, en pleno, decidió hacerle un reconocimiento a la Reina Nacional, Laura I, muy merecido por cierto, y lo llevamos a cabo gracias al apoyo de Toño Gutiérrez.

Ya lo dicen sabiamente que el tiempo no se detiene y es un gran juez, además es virtud. Pero a casi dos años de que tomó las riendas Laura I, y a unos días de entregar el trono, vemos que esta señorita nacida en suelo tapatío, cumplió a lo grande.

Lo dije en el “Cuna de la Charrería”, que en lo personal, siento que Laura I ha sido la mejor reina que ha habido en la historia de la charrería, y es que sus resultados saltan a la vista, demostrando que con poco se puede hacer mucho, pero sobre todo, poniendo el corazón por delante.

Ahora llega mi hija Ana Victoria Zermeño de la Torre al trono de Reina Nacional, y trataremos de emular lo hecho por Laura Regina. En el papel, la verdad no luce nada fácil, pero lo peor de todo sería no intentarlo.

Así es que muchas felicidades a Laura Regina del Bosque Reyes, y suerte a mi hija, Ana Victoria Zermeño de la Torre, porque la va a necesitar.

Laura I se despide el sábado que viene en el Castillo de Chapultepec, de la capital del país, y para lo que ya mandó sus invitaciones, pensando que los primeros días de febrero Ana Victoria sea coronada como Soberana Nacional de la charrería federada.

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