Desde el lienzo

Al inicio del tercer día de competencias la “ARENA VFG” se vió con una entrada baja pero con un público conocedor que supo reconocer las acciones de cada uno de los charros participantes en la primera competencia charra.

La convivencia familiar, que se ha observado en las instalaciones de este Lienzo, permite la práctica de los valores familiares que tanto se requiere rescatar en estos días en que nuestra sociedad mexicana se ha visto desbalanceada por los distintos hechos, que desgraciadamente se registran a lo largo y a lo ancho de nuestro hermoso país, y que desgraciadamente se les ha dado una enorme difusión lesionando gravemente su estructura social y lo que es más importante el seno familiar.

La “alegría” se empieza a conocer en las relaciones familiares desde el inicio de nuestra existencia. El ser humano percibe los momentos alegres que manifiestan sus progenitores y más tarde en las relaciones familiares es de suma importancia promover este valor que más tarde en la vida social del individuo lo ayudará a superar dificultades y obstáculos que se le presenten dándole seguridad para también compartir sus éxitos.

No hablo del concepto erróneo en el que se pudiera pensar, no es esa “alegría” de la posesión material.
Este valor es la consecuencia de una vida equilibrada, de una coherencia entre lo que pensamos y lo que hacemos.

Ser maduro, equilibrado y sano eleva la autoestima de los individuos. La autoestima crece en el seno familiar forjado por las relaciones de confianza que se dan entre los padres, los hermanos, los familiares y amigos, es la seguridad en sí mismo y esto se da en las familias charras, que hacen sentir a nuestra niñez que tienen el derecho de ser queridos, de ser amados, de ser tomados en cuenta, de ser respetados en esa variedad de pensamientos y opiniones a las que se han de enfrentar a lo largo de su vida.

Esta relación de respeto, experiencias y sensaciones se da en las competencias infantiles organizadas a lo largo y ancho de nuestra república allende las fronteras.

Este valor es la visión que cada individuo tiene de sí mismo, permite que se tomen las decisiones correctas y en consecuencia influye en el tipo de vida, en las actividades y los valores que practicamos.

Si queremos construir una personalidad fuerte y equilibrada es necesario elevar la autoestima de nuestros hijos generando en ellos la confianza de que son competentes para enfrentarse a la vida productiva de nuestra Nación.

El desarrollo del valor de la responsabilidad en los hijos es parte del proceso educativo que se da en las familias e implica enseñarlos a asumir las consecuencias de sus actos.

Ser responsable es hacerlos conscientes de sus deberes y obligaciones la convivencia familiar es el mejor método para promover la practica de este valor que es indispensable en la vida en sociedad.

El respeto, otro de los valores que conforman la estructura familiar. El respeto hacia la opinión y los sentimientos de las demás personas, hacia sus decisiones, hacia su privacidad, hacia la persona misma, hacia la familia son conductas que son respetadas.

En la familia surgen y se fortalecen otros valores como la lealtad, nuestros niños aprehenden este valor al apoyarse y ayudarse ante las dificultades, amenazas y circunstancias ajenas de la familia.

Esforzarse por ayudar a los demás, procurar hacer todo lo que se le inculca como bueno por la familia ayuda al niño a entender y practicar el concepto de lealtad.

Reconocer y aceptar los vínculos que nos unen a las demás personas con las que interactuamos ya sea por relaciones familiares, personales, de trabajo, de equipo, etc., salvaguardándolos y fortaleciéndolos promueven el surgimiento de la lealtad.

Podríamos continuar describiendo una inmensa lista de valores familiares que se practican y desarrollan en la charrería.

Por eso es muy grato ver que nuestro deporte nacional por excelencia, la charrería, es motivo para la convivencia de las familias y reúne en sus eventos tanto a chicos como a grandes.
¡Viva la familia…viva la charrería!

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