Desde el Lienzo

Con el afectuoso saludo de siempre para los amadores del Deporte Nacional por Excelencia, aprovecho para revivir la cita de Thomas Hood quien dijo: “Un momento de pensar equivale a una hora de hablar”, en tanto hoy nos toca abordar el tema de las escaramuzas en el Millonario, pero sobre todo el nuevo sistema de calificación.

Siempre hay que estar pensando en innovar y en ese rubro andan por ahora las escaramuzas, aunque la verdad sea dicha, son algunos entrenadores visionarios y algunas jueces que apoyan para que el futuro se vislumbre desde ahora.

Por lo general la juez califica desde el atuendo, la rutina y los arreos, así como la calidad de los ejercicios, pero una sola tenía que estar pendiente de todo ello.

Ahora aquí la innovación consistió en que una juez observaba la rutina, otra los atuendos y así cada una viendo al 100 % lo que hace cada escaramuza.

Por ejemplo, Isabel Cedillo de Treviño estaba al pendiente de todas las sanciones, en preparación, entradas y salidas.

Loren Mijares se encargaba únicamente de los defectos de ejecución y trotes. Paola Valencia checaba sanciones del momento de la ejecución, mientras que con el apoyo de los jueces las tres calificaban al momento la punta, donde por cierto se daban adicionales por cada metro extra partiendo de los seis que regularmente otorgan adicionales.

El video es otro gran auxiliar que permite comprobar que las sanciones que se marcaron fueron las reales.

La idea de esos cambios la hizo el entrenador “Pancho” Martínez y ojalá que escaramuzas y dirigentes se sumen al esfuerzo, porque me consta que esas modificaciones no se hicieron de la noche a la mañana y muchos menos se trata de evidenciar los atrasos que hay en el reglamento de competencias.

Lugar ganado a pulso

Hay que recordar que desde 1989 en que se instituyen por primera vez los Campeonatos Nacionales de Escaramuzas, casi cada año ha habido modificaciones del reglamento de competencia y eso, en aras de seguirse superando.

No todos los cambios son buenos, porque acuérdense que la reversa también es cambio, pero cuando hay voluntad de trascender, no hay barrera que detenga el éxito y se llegue a alturas insospechadas.

La verdad es que se “enchina la piel”, nomás de pensar que hace años a las escaramuzas se les relegaba bastante, como ponerlas al final en el desfile con los charros participantes, pero que bueno que eso ya es historia.

Las damas charras tiene ahora un lugar muy bien ganado y eso lo hicieron a pulso, aunque la verdad sea dicha, no fue nada fácil, pero lo mejor es que siguen preocupadas por avanzar, tanto en vestimenta y exhibiciones, así como en modificaciones al reglamento de competencia.

Estamos a casi dos décadas de que las escaramuzas hayan levantado la mano y la calificación dos décadas después, además de aprobadas, sería con estrellita en la frente, pero esto que sirva no de halago, sino que las una más y más, para seguir siendo mejores todavía, porque esto apenas empieza.

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