Desafían al futbol

YOKOHAMA, JAPÓN (19/DIC/2011).- Hay equipos que se consagran sólo por sus títulos y su rastro se pierde con los tiempos. Otros trascienden a su palmarés y quedan para siempre en la retina por su sello contracultural.

Sólo una minoría sería capaz de recordar de memoria el historial del gran Ajax de los setenta, pero ningún aficionado desconoce su mayúscula influencia en la historia del futbol. La posteridad del Ajax, el Honved de Hidegkuti y Puskas, la Máquina de River, el Madrid de Di Stéfano, el Liverpool de Bill Shankly, el Milán de Arrigo Sacchi o la Quinta del Buitre, entre otras grandes leyendas, no se debe en exclusiva a su cosecha de éxitos. Todos desafiaron al futbol.

El Barça es el último revolucionario y uno de los más extremistas.

Del Ajax del futbol total al Barça sin delanteros, tres defensas y un pelotón de centrocampistas con talla para el hipódromo, no para este deporte. Eso dirían los puristas, los que desconfiaban de la fragilidad de los ex atacantes del Madrid: Emilio Butragueño o Raúl, consumidos por la idea antediluviana de que el futbol es cosa de hombres. Frente al futbol de los machotes, el de los dobles y triples mediocampistas de contención, el de los centrales como “vigas de hormigón”, los carrileros de ida y vuelta hacia ninguna parte o los delanteros de “dos pisos”; Pep Guardiola se ha empeñado en envidar contra la física de este juego. Se podría decir que viendo a este Barça evolucionado hasta el centrocampismo total, Messi incluido. El Barça se mueve de casilla en casilla, como en un tablero de ajedrez y siempre con blancas. El juego corto con la mirada larga, hacia adelante y hacia atrás.

El equipo ataca y defiende desde el medio. Si amenaza Neymar por el retrovisor se le anula con un marcaje a la pelota: sin balón no hay Neymar o Pelé que valga.

El ataque es coral, como un acordeón. Se inicia sin nadie en el área adversaria, unos cuantos tocan y tocan con aire rutinario al tiempo que otros ocupan los espacios. De repente, donde no había nadie, flotan de puntitas chicos de cristal entre una manada de bisontes defensivos. Hasta el punto de que su presunto lateral derecho (Alves) puede ser quien más remate, su faro quien anote (Xavi) y su único delantero postizo quien mejor asista (Messi) o quien mejor haga lo que le dé la gana.

Esa es la epopeya del Barça: su quijotesca idea del futbol cautiva aún más que sus trofeos. Ese es su destino de oro en la historia.

Baile en la cima del mundo

Al Barça no le alcanza con estar en boca de todos, ser considerado el mejor equipo del momento, sino que se exige demostrarlo en los partidos en que se deciden los títulos, en finales como la de Japón, ante el Santos de Neymar.

Jugó el Barça en Yokohama como en el Bernabéu, le dio al Santos el mismo tratamiento que al Madrid, afrontó el Mundial de Clubes como si fuera la Liga o la Champions y agregó un título más a su palmarés, ese que lo sitúa en la cima del mundo.

Los azulgrana repitieron la formación y el plan del Madrid: defensa de tres, las bandas abiertas con Alves y Thiago y un despliegue de centrocampistas de todas las gamas y colores, anuncio del equipo que puede llegar a ser en el futuro: 10 mediocampistas al servicio de Messi.

El triángulo Xavi-Cesc-Messi fue indescifrable para el equipo de Ramalho. Así cayó el 1-0: Cesc tocó para Xavi, quien controló el balón con el tacón, de espaldas a la jugada, y habilitó a Messi, preciso en el control con la derecha, hábil con la conducción de la izquierda, delicioso con el toque con la zurda sobre la salida del portero. Y el 2-0 lo metió el mismo Xavi después de un centro desde la derecha de Alves.

Messi es el delantero total, dichoso cuando se mezcla con la cantera del Barça, ayer representada por nueve futbolistas en la alineación. El futbol azulgrana es una evolución del Santos de Pelé y del Brasil de los setenta. Aunque su carta de naturaleza es inequívocamente catalana y “La Pulga” le da una genética argentina, los azulgrana tienen también una vena brasileña, un gusto por el juego de los venerados medios de la canarinha.

El atacante argentino, por si acaso, dejó un segundo gol, el cuarto del equipo, después de regatear al portero. La mejor definición después de la tercera asistencia de Alves. Había sido tan seductora la primera parte del Barcelona que en la segunda fue imposible sobreponerse a su recuerdo. Ya no jugaba el Barça como contra el Madrid en el “Santiago Bernabéu”. Tenía el partido ganado y conseguido el reto: ganar un nuevo título. Ocurre que mientras Messi está en el campo nunca se acaban los partidos. Ayer, tampoco, porque metió el 4-0.

El PAÍS

PARA SABER
Últimos campeones

Año    Campeón    Subcampeón

2011    Barcelona (ESP)    Santos (BRA)

2010    Inter (ITA)    Mazembe (CON)

2009    Barcelona (ESP)    Estudiantes (ARG)

2008    M. United (ING)    Liga de Quito (ECU)

2007    Milán (ITA)    Boca Juniors (ARG)

2006    Inter (BRA)    Barcelona (ESP)

2005    Sao Paulo (BRA)    Liverpool (ING)

2004    Porto (POR)    Once Caldas (COL)

2003    Boca Juniors (ARG)    Milán (ITA)

2002    Real Madrid (ESP)    Olimpia (PAR)

2001    Boca Juniors (ARG)    Real Madrid (ESP)

2000    Corinthians (BRA)    Vasco da Gama (BRA)

EL DATO
Messi iguala a Pedro

Lionel Messi alcanzó otro récord, al marcar dos tantos en la final del Mundial de Clubes, con lo que anotó en los seis torneos oficiales que disputó el Barça este 2011, como ya hizo su compañero Pedro en 2009.

LA CIFRA
Coleccionista de campeonatos

13 títulos ha conquistado el Barcelona con Josep Guardiola en el banquillo azulgrana de los 16 que ha disputado. Este año ganó cinco de seis, sólo perdió la Copa del Rey, ante el Real Madrid.

Así jugaron
Alineaciones

Santos: Rafael Cabral, Edú Dracena, Léo, Danilo (Elano, 31’), Arouca, Durval, Henrique, Borges (Kardec, 79’), Ganso (Ibson, 83’); Neymar y Bruno.

D.T. Muricy Ramalho.

Barcelona: Valdés, Dani Alves, Piqué (Mascherano, 56’), Puyol (Fontás, 85’), Abidal, Thiago (Pedro, 79’), Sergio Busquets, Xavi, Messi, Cesc e Iniesta.

D.T. Pep Guardiola.

Santos de Brasil y las Águilas del América han recibido las mayores goleadas que se han registrado en la historia del Mundial de Clubes. Ambos fueron víctimas del Barcelona; las Águilas cayeron 4-0 en la semifinal de 2006 y Santos, en la final de 2011.