Derek Jeter, candidato a la unanimidad

NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS (27/SEP/2014).- Derek Jeter ha tenido el cierre a su carrera como jugador en Grandes Ligas que todos quisieran tener. Sin embargo, nada asegura que dentro de cinco años, cuando sea elegible para ingresar al Salón de la Fama, el capitán de los Yanquis de Nueva York sea elegido de manera unánime.

Pero eso no sería raro. Estaría en la misma situación de otros grandes.

Babe Ruth. Ty Cobb. Ted Williams. Willie Mays. Hank Aaron. Cal Ripken Jr. Todos fueron dominantes en su época y se quedaron cortos. El pitcher Tom Seaver, quien obtuvo el mayor porcentaje de votos en la historia, no recibió la aprobación de cinco votantes.

Si alguien merece recibir el 100% de los votos emitidos por los integrantes de la Asociación de Periodistas de Beisbol de Estados Unidos, ése podría ser Jeter.

“Es tan respetado”, dijo el vocero del Salón, Brad Horn. “Ha alcanzado una estatura de icono y ha rebasado a cualquier jugador de su época”.

El parador en corto de 40 años ha tenido una carrera sin mancha en una de las franquicias deportivas de mayor tradición que terminará el domingo.

Es el rostro del béisbol e ídolo de una generación de nuevas estrellas como Troy Tulowitzki, Yoenis Céspedes y Mike Trout. Y jugó durante la época de los esteroides sin sufrir una mancha.

¿Algo podría evitar que el número 2 no recibiera la aprobación de los más de 500 votantes que elegirán a los que ingresarán al Salón de la Fama en 2020? De hecho, sí.

Para ingresar al Salón de la Fama es necesario recibir los votos del 75% de los periodistas que tienen más de 10 años consecutivos en la Asociación, una exigencia rigurosa que causó que en 2013 no se eligiera a jugador alguno.

“La votación para el Salón de la Fama es un ejercicio subjetivo”, dijo Horn. Las hazañas de Ruth en la cancha y sus juergas fuera de ella lo hicieron una de las personas más famosas de Estados Unidos. No  obstante, sólo recibió 95.13% de los sufragios en 1936. Quizá sus parrandas influyeron en los periodistas.

Jeter no tiene ese problema, sin embargo, por eso es el candidato ideal para obtener el voto unánime.

EL DATO

Señor Noviembre

Nombre completo: Derek Sanderson Jeter
Fecha de nacimiento: 26/junio/1974
Lugar de nacimiento: Pequannock, New Jersey
Altura: 1.90 mts.
Peso: 88 kilos

JETER POR DEREK

Derek Jeter (de la mano de Jack Curry) publicó en el 2000 un libro llamado “The Life You Imagine”. Algunos pasajes describen sus conceptos deportivos (tomado de ESPN, nota firmada por Guillermo Celis):

Focalizar el objetivo

Jeter recordaba siempre su segundo año en el basquetbol de Kalamazoo Central, cuando en un juego crucial, tuvo la oportunidad de dar la victoria a su equipo cuando

estaban abajo por 65-67. Su entrenador en jefe diseñó una jugada para ir por el triunfo porque no quería el tiempo extra, y el encargado de hacer el tiro de tres sería el

propio Jeter. Derek dijo que “bloqueó” de su mente cualquier sonido extraño, cualquier grito de la multitud, y se concentró en lograr el objetivo, que al final, le daría a su

equipo la victoria por 68-67. Habiendo bateado para .308 en postemporada, y luego de convertirse en “Mr. Noviembre” en aquella Serie Mundial del 2001 ante los

Diamondbacks, no quedó duda de que esa lección estaba bien aprendida.

Ser competitivo con los mejores

El principio básico es rodearte de gente competitiva. “si un compañero sacaba 97, yo quería sacar 98”, “si alguien conectaba dos hits, yo quería tener tres”. Ese espíritu

de ser más que los demás, pero sin esperar que los otros sean mediocres, quedó más que bien ejemplificado cuando Jeter compartió con gente tan competitiva como

Paul O´Neill, Bernie Williams, Jorge Posada, Álex Rodríguez, Tino Martínez o Wade Boggs, y siempre siguió siendo el que brillaba con luz propia.

Pensar antes de hablar

El aprender éste precepto, ocurrió para Jeter sobre la marcha. Precisamente cuando tuvo que llamar a Darryl Strawberry después de que éste había dado positivo por

cocaína e iba a ser suspendido por un año del beisbol. Derek pensó mucho lo que iba a decir en esa llamada, la manera de comunicarse con alguien que estaba viviendo

uno de los momentos más terribles de su vida. Al final, sin hablar de pelota y simplemente diciéndole lo mucho que lo quería, el capitán de los Yankees cumplió con su

objetivo de dar apoyo a un compañero en desgracia, aprendiendo la lección de que siempre hay que pensar detenidamente lo que se va a decir antes de abrir la boca.