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Deion Sanders encabeza la clase 2011

El esquinero estrella junto a Richard Dent, Marshall Faulk, Chris Hanburger, Les Richter, Ed Sabol y Shannon Sharpe entran al Salón de la Fama

Por: AP

Marshall Faulk, Chris Hanburger, Richard Dent, Shannon Sharpe, Jon Richter, el hijo de Les Richter, y Deion Sanders posan. REUTERS  /

Marshall Faulk, Chris Hanburger, Richard Dent, Shannon Sharpe, Jon Richter, el hijo de Les Richter, y Deion Sanders posan. REUTERS /

CANTON, OHIO (07/AGO/2011).- Siete nuevos miembros del Salón de la Fama del futbol Americano ingresaron anoche ante 13, 300 personas en el Fawcett Stadium, y como estelar de la noche, como muchas veces en su carrera estuvo Deion Sanders.

“Este juego”, repitió decenas de veces Sanders, “este juego me enseñó a ser un hombre. Este juego me enseñó si me caigo, me tengo que levantar”.

“Siempre he tenido una regla en la vida que nunca voy a querer algo, que no me pueda querer a mí. Me enseñó cómo ser un hombre, cómo llegar, cómo vivir en el dolor. Me enseñó mucho sobre la gente, el tiempo, el enfoque, la dedicación, la presentación de uno mismo, sacrificar”, dijo Sanders al momento de ser presentado.

Shannon Sharpe se unió al corredor Marshall Faulk, al defensivo de los Osos de Chicago Richard Dent, al apoyador de los Pieles Rojas de Washington Chris Hanburger y al fundador de NFL Films Ed Sabor, quienes fueron inducidos al Salón de la Fama. Deion Sanders fue inducido al final.

Cuando Sharpe se encaminaba a Savannah State, todo lo que se escuchaba era cómo estaba destinada a fallar.

“Cuando la gente me dijo que yo nunca lo haría, escuché a la única persona que dijo que sí lo podría realizar: yo”, mencionó Sharpe.

¿Fracaso? Sharpe pasó de ser la séptima ronda de un draft al más prolífico ala cerrada de su época. Ganó dos Super Bowls con Denver y uno con Baltimore y al momento de su retiro, en 2003, sus 815 recepciones en su carrera, 10,060 yardas y 62 anotaciones fueron un récord de la NFL para una ala cerrada.

Faulk fue el corredor más descatado durante sus 12 temporadas.

Tan versatile y peligroso como backfield el mejor que jamás haya visto la NFL. Faulk fue electo el mejor jugador ofensivo en 1999, 2000 y 2001 y fue nombrado el Jugador Más Valioso en temporada de 2000. Fue el líder anotador de la Liga dos veces y fue electo al Pro Bowl en siete oportunidades y el primer elemento en lograr dos mil yardas en cuatro años consecutivos.

Entre lágrimas, Faulk dijo: “esto es muy especial… Estoy contento de ser parte de esta clase. Esto es el cielo de futbol”.

“Soy un aficionado al futbol como ustedes” dijo Faulk a la multitud. “Yo siempre he sido un fanático con una pasión, amor y respeto por este juego, inclusive cuando era niño y vendía palomitas en el Superdomo (de Nueva Orleáns) porque no podía comprar un boleto”.

Dent fue un dinámico cazamariscalies, en una de las más grandes defensivas de la NFL, la de los Osos de Chicago de 1985.

Él fue el MVP del Super Bowl de la temporada de 1985 y finalizó con 137.5 capturas, tercera mejor marca de la historia, al momento de retirarse.

Él personificó a los “Monstruos del Midway”: rápidos, fuertes e intimidantes.

“Richard era como un misil guiado”, dijo Joe Gilliam, el entrenador universitario de Dent, durante su presentación.

“Tienes que soñar y que debe dedicarse a algo en su vida”, agregó Dent, quien pidió a todos los asistentes aplausos para Gilliam, entonces dio las gracias a decenas de personas, incluyendo muchos de los Osos del 85 que también estaban en la ceremonia.

Sabol dedicó su vida a contar la historia de otras personas.

Un aspirante a cineasta, Sabol se acercó al comisionado Pete Rozelle para ofrecer el doble de la cuota de los derechos para filmar el juego de campeonato de la NFL en 1962 entre los Empacadores y los Gigantes. Rozelle acepto los tres mil dólares y un matrimonio exitoso fue formado.

Sentado en una silla de ruedas, Sabor de 94 años de edad dijo que “soñaba con el sueño imposible y estoy viviéndolo en este instante”.

“Este honor, realmente va para la NFL Films, yo sólo lo acepto los reconocimientos”, añadió Sabol.

NUMERALIA


27 elementos de Chicago en el Salón de la Fama, líder del rubro
1 mexicano en este recinto, el tapatío Thomas Fears
267 Personajes se encuentran en el inmueble de Canton
35 linieros ofensivos elegidos, son los que dominan en el recinto
3 latinos inducidos, Fears, Ted Hendricks (Guatemala) y Steve Van Buren (El Salvador)

Deion Sanders, acaparador de miradas

No entró a jugar futbol americano para ganarse el respeto de otros. Él lo hizo para ganar dinero, lo suficiente para que su madre nunca más tuviera que trabajar; ése fue el deseo que lo llevó a los emparillados donde se caracterizó por ser alegre y extrovertido, capaz de soñar lo imposible para luego realizarlo durante un juego, ya sea de beisbol o de futbol americano, pero eso sí siempre siendo espectacular.

Así se puede definir la carrera de Deion Sanders, quien tras 14 temporadas en la NFL, y con su ingreso al Salón de la Fama, corona su grandeza como uno de los mejores jugadores que ha tenido esa Liga, capaz de acaparar los reflectores, siempre fue el hombre a seguir gracias a sus atributos atléticos que le llevaron a ganarse el apodo de “Prime Time”.

Deion Luwynn Sanders es ahora un analista para la cadena NFL Network, ha estado casado dos veces, con Carolyn Chambers procreó dos hijos: Deion Jr. and Deiondra, y con Pilar Biggers tuvo a tres: Shilo, Shedeur and Shelomi.

“Deion tenía la capacidad no sólo de enfocarse en sus talentos y jugar al futbol (americano) al máximo nivel, sino que también era divertido”, dijo Eugene Parker, agente y amigo cercano de Sanders, quien lo presentó a la hora de su entronización en Canton, Ohio. “Siempre decía: ‘hago lo que amo y amo lo que hago’. Quería expresar ese júbilo por lo que hacía”.

Sanders tenía la rapidez y la movilidad para pasar por zonas muy transitadas y enfilarse hacia la zona de anotación. Y era entonces cuando comenzaba el espectáculo.

Lo que otras generaciones consideraban una burla al rival vencido, era para Sanders un arte escénica. Colocar el balón detrás de su cabeza o hacer distintos pasos de baile estaba en su repertorio de diversión. Quería ser más que un gran jugador, alguien que por sí solo valiera el precio del boleto. Sólo había dos opciones con él, amarlo u odiarlo

Luego de consolidarse como una estrella con los Halcones de Atlanta, Sanders quiso demostrar que era algo más que un estupendo jugador en un equipo mediocre. Así, se marchó a los 49’s de San Francisco, con el objetivo de poner fin al reinado de dos años de los Vaqueros de Dallas como campeones del Super Bowl.

Al año siguiente, para probar que él era quien marcaba la diferencia, Sanders se unió a Irvin y a los Vaqueros, y los ayudó a recuperar el título del Super Bowl.

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