Viernes, 31 de Enero 2025
Deportes | Por Francisco Baruqui

De los Toros con Verdad, por Francisco Baruqui

Si con esto no, con qué..?

Por: EL INFORMADOR

Camilo Pinilla, con el tercero lució más en una labor tan tesonera como intermitente. M. FREYRÍA  /

Camilo Pinilla, con el tercero lució más en una labor tan tesonera como intermitente. M. FREYRÍA /

Tarde caliente, el sol cayendo a plomo y un cielo azulado y claro, con una entrada --¿veinte más? --, ligeramente mejor que el octavo de aforo del domingo pasado, guardándose, como hace ocho días se hiciere, un minuto de silencio para los que respetamos o de aplausos para los que bullen más, por la partida de mi buen amigo, el artista profundo que fue el novillero tapatío Rubén Aviña, y ahora por otro amigo más de gran estimación, el Ingeniero Raúl Barbosa Alatorre, magnífico y elegante aficionado práctico primero y ganadero de la dehesa de San Joaquín. Enviándoles mis sentidas condolencias particularmente a esa dama, viuda hoy que es Micha y a su querida familia, como a sus hermanos Rubén y Manolo, y a su sobrino, el matador de toros Alberto “Peque” Barbosa.

Novillos de Malpaso decorosos de presencia, -- en este caso equivocado el concepto, porque si algo tuvieron los ejemplares de Ramiro Alatorre y Ana María Rivero Llaguno fue el buen paso en su embestir por cuanto a claridad, nobleza y son, dando facilidades para hacer el toreo, destacando un soberbio cuarto -- toro para consagración, auténticamente de rabo que mereció los honores de vuelta al ruedo a sus restos --, así como un tercero y dos más dúctiles, fáciles, para andar confiados y echando para afuera lo que dentro de sí cada uno de los actuantes tenía que, desafortunadamente poco, muy poco, poquísimo fue estando los astados por encima de sus lidiadores.

Otro triunfador de la México, Salvador López, un muchacho alto y desgarbado, que teniendo ejemplares para triunfar, dejó claro que grandes, muy grandes le quedaron, primordialmente el extraordinario cuarto, con el que realizó una faena fincada en la mano diestra, cuando con la izquierda apenas si le ligó cuatro pases, y vaya cómo iba el burel por ese pitón también, en una labor deslavazada, falta de estructura y ritmo con algunos muletazos encomiables, que sí, pero sin la expresión  ni la intensidad que merecía el malpaseño.  No sabía qué más hacer aplicándose en dosantinas que se le aplaudieron, escuchando rechifla al torear por alto primero y con manoletinas después, despenando al nobilísimo ejemplar -- no aprovecha su altura y largueza de brazos al quedarse en la cara y no pasarse en el embroque, saliéndose desde el cite mismo --, de dos pinchazos y un golletazo infame cuando los gritos de “¡Toro..!  ¡Toro..!” se dejaban escuchar con fuerza.  Con el manso fácil que abrió plaza estuvo con detalles por el derecho, terminando de cinco pinchazos y estocada tres cuartos para recibir un aviso.

Así…

Así, con un toro de triunfo grande y de vuelta al ruedo, con el que ese excelente varilarguero que es David Vázquez, luego de dar cátedra de cómo picar los toros manejando el penco con valor y torería, saludó castoreño en mano llevándose un batir de palmas de estruendo, Salvador se metió al callejón entre la repulsa y los pitos.

La tarde de ayer, significativa por donde mirarse se quiera, deberá hacerle reflexionar.

Como reflexionar también deberá el zacatecano Antonio Romero, quien con el mansurrón que dejaba andar, no alcanzó nada con la capa estando desacertado y vulgar con las banderillas y voluntarioso, pero sin relevancia con la zarga terminando de pinchazo y entera para silencio.

Con el quinto poco dijo en una labor más larga y pesada que una cuaresma sin pan, dando pases, muchos pases, muchísimos pases, pero sin transmitir, terminando de pinchazo y entera.  Me dicen que está próximo a recibir la alternativa ¿…?  Le deseo la mejor de las suertes pero….

Pero para el verdor que acusa el colombiano Camilo Pinilla, sí dejó ver entusiasmo y empeño, a lo que si se añade que cuenta con valor, pues va…  Con el tercero lució más en una labor tan tesonera como intermitente, falta de planteamiento y desarrollo con momentos tan lucidos como aislados, en una labor por demás larga que obligó a los del palco a remitirle un aviso.

Con el sexto que cerró la tarde, la verdad es que nada, nada digno para tomar en cuenta estando dubitativo y sin plan. Y si de algo valió para recordar, fueron dos pares al cuarteo plenos de arte y torería, cadencia y exposición, dejándose llegar al burel cuadrando en la cara misma y sacando los palos desde abajo para clavar en todo lo alto, de un banderillero chipén de nombre Gustavo Campos…

Destocado de la montera salió a saludar, llevándose carretadas de aplausos.  Qué curioso…

Qué curioso, que sí, que con una novillada para dar la tarde con orejas de por medio, las palmas más fuertes se las hayan llevado un piquero de lujo y un rehiletero de postín. Desde aquí, ahora, aplaudirles vuelvo.

Saque, pues, amigo aficionado lector, sus conclusiones propias…

Correo electrónico: francisco@baruqui.com

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