DESDE EL LIENZO

En la Arena VFG parece que el tiempo se detiene, el mundo desaparece y todo gira en torno a la charrería, todo es fiesta, alegría y tradición.

Antes de entrar en materia, gracias a Gustavo Sánchez (Puente de Camotlán) por dedicarme esta faena el jueves por la noche y donde cuajó dos de sus tres oportunidades. Gracias por ese detalle.

Regresamos al comentario de esta columna y miles de miradas están fijas en los charros que protagonizan las competencias de cada día, siguiendo las acciones que se derivan de las faenas que dan vida a estas competencias.

Todos vemos a los que protagonizan estas ejecuciones, escuchamos a los locutores narrar cada uno de los movimientos y escuchamos la voz firme de los jueces cantando las calificaciones.

Pero existen otras personas, que son los héroes anónimos, que sin su participación no sería posible el desarrollo de las competencias y que pocas veces nos fijamos en ellos y les damos el crédito que ellos se merecen.

Hablo de todos aquellos que trabajan tras bambalinas, de los que se encuentran moviendo al ganado y que son los encargados de tener todo en orden, impecable para garantizar el buen desarrollo de las competencias.

Estos hombres, apoyados por la Secretaría del Deporte y la Comisión Deportiva, verificarán que se den las condiciones que marca el reglamento vigilando constantemente las instalaciones y constatando que el ganado asignado para cada una de las faenas cumpla con todos los requerimientos estipulados.