KAZÁN, RUSIA (15/JUN/2017).- La estrella de la Copa Confederaciones se llama Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro.Mejor conocido como CR7.Al entrenamiento portugués llegan alrededor de 30 medios de comunicación, la mayoría portugueses, algunos brasileños, otros mexicanos y uno que otro ruso.Todos con la consigna de ver a Cristiano.Después de las palabras de Bruno Alves, donde acepta la influencia del delantero del Real Madrid en el equipo portugués, "ojalá que todos estemos a la altura para ayudarlo", dijo, las puertas se abren para presenciar el entrenamiento y todos sólo tienen una consigna... verlo y sacar la mejor foto, el mejor video.Reporteras aparecen en cantidad y todas alzan el teléfono para tomarse la "selfie" donde el astro salga detrás... a lo lejos.Y aparece, está ahí, junto a Pepe, su fiel escudero, que parece su guardaespaldas, no lo deja ni a sol ni sombra. Ambos hablan con uno de los entrenadores, mientras los otros jugadores, simples mortales, esperan su señal para comenzar a trabajar.Se hace el rombo inicial y Cristiano está en medio, ejerciendo de líder solo con el andar, al romperse la reunión se va a la parte más lejana del campo, lejos de los fotógrafos y camarógrafos que lo acosan.El entrenamiento se inicia. Corre con elegancia, el peinado ni se le mueve, el uniforme le queda mejor que a todos.Toca la pelota y el sonido de las cámaras se multiplica". Corre y los flashes a plena luz del día centellan.Así pasan 15 minutos hasta que la vigilancia grita: "Pora Stavit" (hora de salir) y todos se apresuran a sacar más fotos de Cristiano, que se ha lucido en la práctica, porque sabe que todos vinieron a verlo a él, que los 22 restantes jugadores no interesan.