Continuidad, fórmula del éxito, coinciden en el Tri Sub-20

PEREIRA, COLOMBIA (16/AGO/2011).- En 2005, cuando Patricio Araujo levantó aquel trofeo de campeón del mundo Sub-17 en Perú, la historia cambió.

A partir de ese momento, el nombre de México comenzó a llamar la atención en el planeta del futbol, no sólo por “jugar como nunca y perder como siempre”, sino porque al fin se ganaba algo, al fin se mostraba supremacía en un torneo mundialista.

Fue el parteaguas, de ahí vinieron triunfos en el Mundial Sub-17 de este año en nuestro país y ahora en el Sub-20, donde se está a las puertas de la segunda final de esta categoría.

Los jugadores de la Selección nacional coinciden:

“Estos éxitos son un premio a la continuidad que se ha tenido en los procesos”, afirma el capitán del equipo mexicano, Jorge Enríquez.

Lo logrado se ha debido a que los directivos, “se han preocupado en trabajar, en invertir en fuerzas básicas. Ahí está la materia prima, así que entre más atención se le ponga a ese rubro, más logros se tendrán, tanto deportivos como económicos”.

Lo deportivo entra en los campeonatos ganados, en que los jugadores comiencen a destacar y ahí, el aspecto del dinero entra, porque los seleccionados comienzan a hacerse de un nombre tanto a nivel nacional como internacional y el valor de sus derechos federativos suben de precio.

Aunque los jugadores, “no pensamos en eso (dinero). Ahora sólo nos interesa llegar a la final”, asegura el delantero Alan Pulido.

La prensa internacional ha mostrado su asombro porque el equipo mexicano tiene dos años y medio de trabajo, prácticamente con el mismo grupo de jugadores. “Ésa es la importancia de respetar los procesos, de pensar a largo plazo. El que Juan Carlos Chávez haya estado siempre con nosotros, como máximo responsable, nos ha dado mucha confianza, no ha habido cambios drásticos”, explica el delantero norteño.

Así espera que el trabajo que inició en 2005, donde destacó el sistema implantado por Jesús Ramírez, siga siendo respetado.

“Los logros han llegado de a poco. Hay que validar que nunca se había sido campeón del mundo, y ya lo hicimos dos veces; que desde los setenta no llegábamos a una semifinal y ya lo hicimos”.

La fórmula, parece, ya se encontró. “Ojalá que los directivos, que son los que deciden, sigan por esta línea, creo que ya se encontró la fórmula de trabajo y ha dado resultados”.