Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Deportes | El Fan Fest se realiza en Avenida Chapultepec

Con globos y caballos de fiesta

Con un espectáculo ecuestre, al ritmo de ''La marcha de Zacatecas'', fue abierto oficialmente el Fan Fest

Por: EL INFORMADOR

Los jinetes llevaron banderas de los países panamericanos que participan en los Juegos.  /

Los jinetes llevaron banderas de los países panamericanos que participan en los Juegos. /

GUADALAJARA, JALISCO (17/OCT/2011).- La elegancia de los caballos con sus jinetes y chinas poblanas y el colorido de conjunto multicolor de globos, dieron el toque alegre a la apertura del festival artístico de los Juegos Panamericanos en el paseo Chapultepec: el llamado Fan Fest que las lluvias ciclónicas de días recientes habían dejado pendiente.

Al ritmo de las notas marciales de La marcha de Zacatecas el contingente equino, sobre todo a cargo de los frisones y españoles  bailadores, engalanó el escenario ubicado junto a la Glorieta de los Niños Héroes, en el momento más emotivo de la apertura del festival junto con la elevación de globos con los colores de la bandera mexicana.

Al expresar su mensaje a la concurrencia, el secretario de Turismo, Aurelio López Rocha, exhortó a la gente a disfrutar de estos días de gran actividad deportiva en esta ciudad, que registra una numerosa presencia de visitantes de los países del continente. Solicitó a los asistentes ejercer lo que ha caracterizado a los tapatíos, en cuanto a ser buenos anfitriones.  

HORARIOS
Diversión con acceso controlado


El Fan Fest está abierto desde mediodía y hasta las 23 horas. Está ubicado sobre Avenida Chapultepec, de Lerdo de Tejada a Niños Héroes.

El agente resignado

Por Vanesa Robles


Un vecino viene a denunciar que vio y olió a cuatro federales, que fumaban mariguana afuera del estadio de voleibol, en la unidad Ávila Camacho. El agente de Tránsito en turno oye, se chupa las muelas y baja la cabeza. También tiene los ojos inyectados, aunque de cansancio.

Es viejo. Dice que no se ha jubilado porque le da miedo la desocupación. Sus piernas están vencidas, cascorvas. “Nos tocó la inauguración de los Juegos. Nos dormimos despuecito de las dos de la mañana; nos levantamos a las cinco, porque nos pasan lista a las seis y desde entonces no hemos parado”, acaba de decir, sentado bajo una sombra de la avenida Ávila Camacho, donde cucharea un helado napolitano. “Cinco minutos de descanso”, se justifica.

Hace un momento intentó detener el paso, en sentido contrario, de un vehículo con placas de otro estado. Los conductores era casi adolescentes. Alegaron que son de la inteligencia militar y entonces el agente también debió agachar la cabeza. “Si tuvieran tanta inteligencia hubieran sabido que nadie puede andar en sentido contrario donde hay tanto gentío”, dijo.

“Son esos que están parados ahí”, apremia el vecino denunciante, intentando que los federales señalados no lo miren. No lo miran. El agente vial pone su calva por delante: “Que coraje”, dice entre muelas.

La banqueta hierve de gente. Un niño pregunta dónde venden helados napolitanos. Una madre, dónde compra agua. Un hombre si en las Fiestas de Octubre puede renovar su licencia de conducir. Una muchacha, si tiene permiso para estacionarse junto a un camellón. A todos, el servidor público les da explicaciones con sonrisas y lujo de detalles.

Los agentes federales miran la multitud con cara de palo. “Tenemos órdenes de dejarlos pasar por donde quieran”, había dicho el tránsito, antes que el vecino viniera a denunciar.

“Mírelos, mírelos. Es una vergüenza”, insiste el vecino. “Es una vergüenza”, repite el uniformado y cuenta que todavía no sabe si cobrará horas extras por su trabajo en los Juegos Panamericanos. En todo caso, asegura, no le importa. “Y la gente ¿viera? Está muy contenta con los Juegos. Se porta bien. Aquí no batallamos. ¡Nooo! Para batallar, en las Fiestas de octubre ¿ya fue? Allá todos hacen lo que quieren, nadie nos respeta ¿Y qué hace uno? Nada”.

El vecino denunciante luce nervioso. Se quita la gorra, mira a los federales, hace aspavientos. Tiene un aire de Ramón Valdez, el actor. “¿Qué va a hacer?”, le pregunta impaciente al gendarme. “¿Y qué hago”, responde, por fin. “Estos muchachos se van a ir, pero usted y yo nos vamos a quedar. Ellos son la policía, andan armados. Nosotros no. Yo también los vi fumar. ¿Qué hago? Ellos son la ley”, y agacha la cabeza y su calva queda a expensas del sol.

“Ellos son la policía, andan armados. Nosotros no. Yo también los vi fumar. ¿Qué hago? Ellos son la ley”, y agacha la cabeza y su calva queda a expensas del sol.

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