Cinco mil dólares que valieron el oro

GUADALAJARA, JALISCO (17/OCT/2011).- Doce horas de vuelo, casi 10 mil kilómetros de distancia y 5 mil dólares. Todo por estar cerca de Drielly, sin importar si le cuelgan o no una medalla.

Son Joao y Gina, los padres de la gimnasta brasileña Drielly Daltoe que logró que el esfuerzo de sus padres valiera oro al colgarse, junto con sus compañeras del equipo amazónico de gimnasia ritmica, el metal áureo en la competencia por equipos.

Duchos en el tema de los cómos y los dóndes, los Daltoe ya sabían a donde dirigirse para buscar, aunque fuera de lejos, la mirada de su hija.

Se instalaron justo en la valla que delimitaba el área exclusiva para medios y sin estorbar a nadie, esperaron la salida de su hija, que junto a sus compañeras atenderían a la prensa.

“!Drielly!”, gritaron cuando ella dejó de atender la última entrevista y enseguida los besos y los abrazos volaron la distancia de cinco metros que los separaba.

La señora no contuvo las lágrimas y el padre hizo un esfuerzo por mantenerse sereno. “Estoy feliz, feliz, feliz”, decía Joao. “Vale la pena, tiene diez años practicando la gimnasia y la acompañamos siempre a las competencias importantes”.

Joao es locutor en Brasil y no es tan fácil conseguir los permisos para acompañar a su hija. “A ver si cuando regrese todavía tengo trabajo, ja, ja, ja”.

Para la pareja Daltoe, el metal aúreo que ganó Drielly ayer, es el punto más alto que ha tocado su hija y estar ahí, para verla de cerca, bien vale cualquier cosa.

“Me gasté más de 5 mil dólares para estar acá y créeme que no me sobran, pero verla ahí, coronando su gran esfuerzo, bien vale eso y más”, dijo el padre de Drielly, todavía con la sonrisa que no cabía en su cara.

PAPÁS VIAJEROS
Todo por Drielly

Los Daltoe han acompañado a su hija Drielly a todas las competencias importantes. Ayer ganó oro.